La construcción del Instituto de Investigaciones Farmacéuticas (Inifar), de la Universidad de Costa Rica (UCR), ha estado rodeada de señalamientos y polémica desde que fue entregada en el 2020 y fuera recibida bajo protesta.
Germán Madrigal Redondo, director del Inifar, advirtió de una serie de defectos encontrados en las instalaciones al recibir el edificio en abril del 2020, los cuales citó nuevamente en un oficio del 2021 en el que solicitó ayuda para corregir las falencias, pues impedían el uso previsto de varias áreas.
En el documento, remitido en febrero del 2021 a la Dirección de la Oficina Ejecutora del Programa de Inversiones (OEPI), Madrigal detalló que recibió bajo protesta el edificio porque se le indicó, de parte de la administración del ahora exrector Henning Jensen, que si no lo aceptaban podría asignarse a otra unidad académica.
Este diario intentó contactar a Jensen para consultarle sobre la entrega del edificio del Inifar, sin embargo, no respondió las llamadas a su celular.
En ese documento al que La Nación tuvo acceso, Madrigal solicitaba que se notificara a la empresa constructora para que se hiciera responsable de la corrección de los defectos. En ese momento el edificio del Inifar, que costó ¢1.588 millones, solamente estaba siendo utilizado con fines administrativos.
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El oficio contiene una tabla en la que Madrigal enlistó el tipo de defecto, el número de errores encontrados por ubicación, así como la solución técnica propuesta, y el nivel de criticidad del error.
“Entre los errores más graves se encuentra la falta de cuartos de limpieza, (...) el defecto en servicios sanitarios, la conexión del desagüe de aguas negras con los desagües de zonas limpias y estériles (que generan un hedor muy fuerte), las frecuentes fugas de tuberías, la filtración de humedad en paredes. Igualmente, no existe una forma de poder bajar al subnivel donde se encuentra el cuarto de máquinas, el piso del laboratorio está lleno de grietas y manchas de humedad, no existen paredes lisas, sino con hendijas y malos acabados”, describió.
Asimismo agregó: “Las puertas no tienen sello hermético, el material de las puertas y paredes es de baja calidad, las paredes no son lavables, las curvas sanitarias están mal hechas o son inexistentes, no existen ángulos rectos en ningún recinto del edificio, las paredes tienen levantamientos y desniveles, la zona de laboratorios no tiene luces con sensor de movimiento, los camerinos son inutilizables por su “sui generis” diseño y acabado, entre otros defectos gravísimos”.

En la tabla, calificó algunos errores detectados de críticos y negligentes, como por ejemplo, la falta de una planta eléctrica UPS debido a que “si no hay electricidad no se puede trabajar en el edificio y se ponen en riesgo los equipos”.
Supuestas irregularidades
En noviembre del 2022, la arquitecta Ana Ulloa Dormond, entonces directora de la Oficina Ejecutora del Programa de Inversiones de la UCR, afirmó ante el Consejo Universitario que de los 18 edificios financiados por el Banco Mundial, ocho requirieron de acciones remediales en el 2021.
Además, para noviembre del 2022, dos de las construcciones no estaban en condiciones de operar, entre ellas la del Inifar.
Tres años después trascendió que el Consejo Universitario presentó una denuncia penal por presuntas irregularidades en cuatro edificios —incluyendo el Inifar—, luego de que la Fiscalía realizara en febrero un allanamiento y detenciones temporales por el caso del Ciclotrón.
La denuncia se presentó luego de que se diera a conocer un informe en el que se citaban problemas con las edificaciones. Con respecto al Inifar, la Contraloría Universitaria emitió el oficio OCU-R-117-2024 “Problemas de operación y vicios ocultos del nuevo Edificio para el INIFAR”, del 3 de julio de 2024, en el que asegura que se identificaron varias deficiencias en la construcción y diseño del edificio.
El documento también alertó sobre fallas en esta construcción derivadas del informe de auditoría “Análisis sobre los problemas de operación electromecánicos de varios edificios del Proyecto de Mejoramiento Institucional”, del 16 de diciembre del 2024.
El reporte de la Contraloría detalla que en el edificio de Inifar se detectaron errores importantes en los planos constructivos eléctricos, un mal dimensionamiento de los conductores de puesta a tierra, protecciones eléctricas incompatibles con los alimentadores principales y omisión de requerimientos esenciales en el cuarto de máquinas, como iluminación adecuada y sistemas de bombeo de agua potable, entre otros.
