Decenas de rebeldes hutíes, entre ellos al menos dos comandantes, murieron en un ataque de la coalición liderada por Arabia Saudita en Yemen, indicaron varios medios. El hecho se presenta días después de que un operativo similar matara al más alto responsable político de los insurgentes: Saleh al Samad, quien murió el 19 de abril.
Este nuevo ataque, llevado a cabo el viernes por la noche, tiene lugar un día antes del funeral de Saleh al Samad. La ofensiva fue reivindicada por esta coalición militar en el oeste de Yemen, país en guerra desde hace tres años.
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Estas bajas, que suponen un serio revés para los rebeldes hutíes, muestran que Arabia Saudita permanece firme en su decisión de privilegiar una solución militar en Yemen, según los expertos.
La coalición internacional con mando saudita interviene en Yemen desde marzo del 2015, en respaldo al presidente Abd Rabo Mansur Hadi, para detener el avance de los hutíes proiraníes, que se hicieron con el control de amplios territorios, incluida la capital, Saná.
El blanco de la coalición en su asalto del viernes por la noche fue un edificio del ministerio del Interior controlado por los rebeldes en Saná, según la televisión Al Arabiya, de capital saudita, y que anunció un balance de 38 muertos hutíes.
Según esta televisora, con sede en Dubái, en el edificio se celebraba una reunión para preparar el funeral del sábado. Por su parte, la cadena estatal saudita El Ekhbariya dijo que entre los muertos figuran al menos dos jefes rebeldes hutíes.
Los rebeldes confirmaron el ataque, pero no proporcionaron más precisiones. Saleh al Samad, que dirigía el Consejo Político Supremo de la rebelión, equivalente a presidente en los territorios controlados por los hutíes, es el responsable político rebelde más importante en ser abatido desde el inicio del conflicto.
Peligroso avance
Es “el mayor éxito de la coalición hasta ahora y eso indica que sus capacidades de inteligencia mejoran”, según Adam Baron, experto del European Council on Foreign Relations. Pero en el pasado, los hutíes “perdieron líderes clave” y “lograron recuperarse”, añade.
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Desde hace seis meses, cuando los rebeldes dispararon por primera vez un misil balístico hacia el aeropuerto de Riad, hubo una intensificación de los disparos de misiles de hutíes a la vecina Arabia Saudita.
Riad acusa a su gran rival iraní de proporcionar a los insurgentes este tipo de armas, además de drones, algo que Teherán niega firmemente. Y Arabia Saudita asegura que detecta sistemáticamente estos misiles.
Estos nuevos ataques coinciden con la llegada este sábado a Riad del nuevo secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, para sus primeros contactos con los dirigentes sauditas.
Las discusiones estarán dominadas por Irán, Yemen, Siria y el futuro de Jerusalén. El conflicto en Yemen, que dejó casi 10.000 muertos, provocó “la peor crisis humanitaria en el mundo”, según la ONU.
Poco a poco se fue convirtiendo en una “guerra subsidiaria” entre la sunita Arabia Saudita y el chiita Irán.
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El 17 de abril, el nuevo emisario de la ONU para Yemen, el británico Martin Griffiths, prometió al Consejo de Seguridad proporcionarle “en un plazo de dos meses un marco de negociaciones”, aunque sus antecesores no lograron poner fin a la guerra. No obstante, se mostró prudente al tomar nota de la “multiplicación” de la violencia.