Berna. Suiza aprobó este domingo la prohibición de ocultar el rostro en público, una decisión aclamada por los partidarios como una medida contra el islam radical, pero calificada de sexista y xenófoba por los opositores.
La iniciativa obtuvo en un referendo un 51,21% de los votos y una mayoría de cantones, según los resultados oficiales publicados por el Gobierno Federal.
El texto, inicialmente propuesto por el partido populista de derecha UDC, fue apoyado en particular por feministas y una parte de los electores de la izquierda laica.
“Nos alegramos. No queremos que haya un islam radical en nuestro país”, declaró el presidente de la UDC Suiza, Marco Chiesa en la cadena Blick.tv.
Suiza sigue así los pasos de Francia, Austria, Bulgaria, Bélgica y Dinamarca, al prohibir el velo integral, tras años de debate.
El texto no menciona el burka (túnica que cubre a las mujeres de pies a cabeza y tiene una abertura con una rejilla a la altura de los ojos) ni el nicab (que cubre el cuerpo y el rostro salvo los ojos), pero todo el mundo tenía claro a quién se dirige.
En los carteles de campaña no cabe la menor duda. Junto a “frenar el islamismo radical” o “frenar el extremismo” aparecen mujeres en nicab.
Ahora será prohibido cubrirse completamente el rostro en público, pero se prevén excepciones para, por ejemplo, los lugares de culto.
Expresión xenófoba
El sí corre el riesgo de “trivializar el ambiente xenófobo y racista” contra las musulmanas, declaró Myriam Mastour, miembro del grupo Los fulares violetas en la cadena pública RTS. Pero celebró la escasa diferencia con que fue aprobada la iniciativa.
Según los opositores, el uso del velo integral no es un tema en Suiza, donde solo se estima que hay algunas decenas de mujeres así vestidas.
La gran mayoría de quienes llevan nicab son turistas. Antes de la pandemia de coronavirus no era extraño verlas de compras en las tiendas de lujo de Ginebra o Zúrich.
“La prohibición del velo integral no es una medida encaminada a la liberación de las mujeres. Se trata, por el contrario, de una peligrosa política simbólica que viola la libertad de expresión y de religión”, consideró Cyrielle Huguenot, responsable de los derechos de las mujeres en Amnistía Internacional Suiza, citada en un comunicado.
Según cifras de la Oficina de Estadísticas del 2019, hay alrededor de un 5,5% de la población suiza que es musulmana, principalmente con raíces en la antigua Yugoslavia.
El Gobierno Federal y el Parlamento se oponían a esta medida argumentando que se ocupa de un problema inexistente.