Santiago. El sistema privado de pensiones de Chile, un pilar de su otrora exitoso modelo económico y referencia en la región, se tambalea por primera vez tras la aprobación en la Cámara de Diputados de un proyecto de ley que permitiría un retiro parcial anticipado de fondos de pensiones para enfrentar la pandemia.
Creado en 1981 -en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1999)- por José Piñera, hermano del actual mandatario derechista Sebastián Piñera, el mecanismo fue pionero en instaurar un sistema de capitalización absolutamente individual.
En medio de la discusión mundial sobre los sistemas de pensiones, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) chilenas se plantearon como una alternativa a fracasados sistemas de reparto.
Pero después que comenzaron a entregar las primeras pensiones, a partir del 2011, quedó al descubierto que este modelo no fue capaz de cumplir su promesa de cubrir hasta el 70% del último salario.
El mecanismo otorga en promedio menos de la mitad del último salario a los ahorristas más beneficiados, mientras que la mayoría recibe pensiones menores al salario mínimo ($400).
Esos montos hicieron que el sistema fueran ganando descrédito y desconfianza en los últimos años. El movimiento "No+AFP" se hizo fuerte en las calles, convocando multitudinarias manifestaciones.
Sin embargo, hasta esta semana, ninguna reforma había logrado prosperar en el Congreso, debido al intenso cabildeo de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), que tienen invertido el dinero en casi todas las áreas de la economía chilena.
Por eso, este jueves se definía como una “histórica derrota para el gobierno” e “histórico avance contra las AFP” la aprobación el miércoles en la Cámara de Diputados del proyecto de ley que permite el retiro anticipado del 10% de los fondos como una medida excepcional para hacer frente a la crisis económica derivada de la pandemia.
Un amplio sector de la sociedad chilena considera este paso como un primer golpe para las poderosas AFP.
Otro fondo de pensiones
La iniciativa presentada por la oposición, en un Congreso donde la coalición de gobierno es minoría, contempla la creación de un fondo colectivo de pensiones, financiado por el Estado y el empleador para compensar la reducción de los fondos jubilatorios. Ese instrumento sería administrado por un ente público autónomo.
“No es solo el retiro del 10%. La posibilidad de tener dos pensiones paralelas es lo que pone en jaque a las AFP”, dijo Hassan Akram, académico de la Universidad Diego Portales, quien explicó que se abre la posibilidad de que en Chile existan dos sistemas jubilatorios, uno con un componente solidario y uno de iniciativa individual.
“El gran problema de las AFP es la lógica fundamental del sistema, es que el pago depende de lo que uno tiene ahorrado” y no tiene ninguna lógica de ahorro colectivo, agregó.
En el Congreso han demorado años en legislar sobre otro proyecto que prevé aumentar en 6% con cargo al empleador la actual cotización mensual (alrededor del 13% del salario), un mecanismo que el gobierno intentó defender para evitar cualquier plan que contemple retiros anticipados de las AFP.
Derrota para el gobierno
Aunque resta la aprobación en el Senado, la votación en la Cámara de Diputados representa una derrota ideológica para el gobierno de Piñera, debilitado además por no lograr alinear a los parlamentarios de su coalición pese a los esfuerzos que hicieron sus ministros hasta última hora.
Trece parlamentarios oficialistas votaron a favor de la iniciativa, acusando al gobierno de presentar medidas "insuficientes" para ayudar a la clase media durante la pandemia.
A nivel político, la aprobación de un retiro anticipado de los fondos de pensiones supone también un duro golpe para la coalición de Piñera a 18 meses de dejar el poder y le plantea un complejo panorama electoral por delante.
En octubre se debería realizar el plebiscito que determinará si se modifica la Constitución vigente desde la dictadura -pospuesto en abril debido a la pandemia- y en noviembre del próximo año las votaciones presidenciales.
Cerca de 11,9 millones de personas están afiliadas a las AFP, con un saldo promedio en sus cuentas de unos $14.000.
De aprobarse en el Senado, la iniciativa permitiría el retiro por única vez de hasta el 10% de los fondos de pensiones, con un mínimo de $1.250 y un máximo de $5.300, en dos cuotas.