Teherán. Los iraníes votaron este viernes para elegir a sus diputados en una votación marcada por una escasa motivación de los electores y que debería consagrar el fortalecimiento de los conservadores tras la descalificación masiva de candidatos reformistas y moderados.
Los centros electorales cerraron a la medianoche (2:30 p. m. en Costa Rica), después de unas cinco prórrogas a fin de permitir al máximo de electores cumplir con lo que el guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei, calificó como no solamente un deber cívico, sino también “religioso”.
Tras haber abierto simbólicamente el escrutinio, Jamenei pidió a los 58 millones de electores inscritos votar "con entusiasmo" para "garantizar el interés nacional".
Según la agencia Fars, cercana a los ultraconservadores, la participación era del 40% a las 6 p. m. locales (8:30 a. m. hora costarricense), la hora a la que los colegios electorales debían cerrar inicialmente.
La tasa de participación final oficial se anunciará el sábado y los resultados definitivos posiblemente el domingo.
Desde hace 40 años, la participación en los comicios parlamentarios ha sido superior a 50%, según el Ministerio del Interior.
En el sur de Teherán, donde los conservadores tienen una sólida base de apoyo, las colas eran claras, atestiguó la AFP. En los barrios del norte (que votó mayoritariamente por Hasán Rohaní en las votaciones presidenciales del 2013 y el 2017) se veían en cambio menos electores.
Los 290 diputados de la undécima legislatura que saldrán de las urnas desde la Revolución islámica de 1979 comenzarán su trabajo en un contexto de gran recesión en el país y de tensiones exacerbadas entre Irán y Estados Unidos.
Las elecciones se celebraron casi mes y medio después de que las Fuerzas Armadas derribaron “por error” un avión ucraniano.
Inicialmente, las autoridades civiles negaron tener responsabilidad, pero tres días después el Estado Mayor reconoció la participación.
Este reconocimiento tardío desató algunas manifestaciones contra los gobernantes, haciendo añicos la aparente unidad nacional manifestada días antes en el funeral del general iraní Qasem Soleimani, muerto por un ataque estadounidense en Irak el 3 de enero.
En Teherán, Bahador Marzpur, un estudiante que no votó, dijo que "no hay “empleos para los jóvenes” y reprochó a los políticos que “hacen promesas que no cumplen”.
Pero en una mesa electoral en el norte de la capital, Mohsen Jallali, empleado de 37 años, aseguró que su sufragio permite “mostrar a Estados Unidos” que apoya “plenamente” al ayatolá Jamenei.
Pocas opciones para elegir
Como la comisión electoral prohibió que miles de posibles candidatos reformistas y moderados se presentaran en los comicios, la votación quedó reducida prácticamente a un duelo entre conservadores y ultraconservadores.
Dependiendo del peso de los ultraconservadores en la futura Asamblea, la política exterior de apertura, aplicada por el presidente Rohaní desde su elección en el 2013, podría cambiar.
Los ultraconservadores se oponen a cualquier negociación con Occidente y acusan a Rohaní de ser pasivo ante las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump.
Además están ansiosos por salir del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní alcanzado en el 2015 en Viena, amenazado desde que Trump se retiró unilateralmente del mismo en 2018 e impuso sanciones que han sumido Irán en una grave recesión.
“Después de la elección de Rohaní, todo se vino abajo. Firmó un muy mal acuerdo” en Viena, “sin garantías sólidas”, declaró en un centro de votación Aliréza Hachémi, de 25 años.
Estados Unidos anunció el jueves sanciones financieras, esencialmente simbólicas, contra cinco altos funcionarios del Consejo de los Guardianes -un órgano en manos de los conservadores encargado de controlar las elecciones-, y denunció “la manipulación de elecciones para favorecer la agenda maligna del régimen”.
El viernes, fue el turno del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que restableció todas sus sanciones contra el gobierno iraní.
Irán no aplica la llamada Convención de Palermo para luchar contra la criminalidad internacional, por lo que “de acuerdo connuestras normas, el GAFI levanta la suspensión de todas las sanciones y pide a sus miembros que las aplique de manera eficaz” indicó el grupo, tras una reunión en París.