“Nadie quiere pesos porque nadie quiere quedarse con una moneda que se deprecia”, explicó Soledad Pérez Duhalde, de la consultora Abeceb.com .
Aunque las cuestionadas estadísticas oficiales cifren la inflación en 10,8% en el 2012, estimaciones privadas la ubican en 25,6%, la más alta de América Latina.
En un país con cicatrices de procesos hiperinflacionarios, los argentinos buscan el dólar para defender sus ahorros. En el mercado informal sobran tomadores para una oferta a cuentagotas que empuja el precio desenfrenadamente.
El gobierno de Cristina Fernández impuso desde el 2011 severas restricciones para la compra de dólares para frenar la fuga de divisas, que ha generado malestar en sectores de la clase media que suelen viajar al exterior o ahorrar en divisas.
La fuga de dólares, de $22.000 millones en el 2011, bajó a $4.000 millones en el 2012, según el Banco Central ( BCRA , autoridad monetaria).
Pero el Gobierno necesita acumular dólares para pagar la fuerte factura anual de importación de energía por unos $12.000 millones y sus compromisos de deuda.
El dólar blue (paralelo) se cotizaba a 9,23 pesos al mediodía de ayer, un precio levemente inferior a los 9,34 de la semana pasada, cuando alcanzó una brecha de 82% con el precio oficial. El peso argentino se depreciaba ayer a mitad de jornada en 0,19% a 5,19 por dólar.
La situación preocupa a los empresarios a la hora de planificar costos o inversiones porque nadie conoce el valor real de la moneda, afirmó Pérez Duhalde.
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