Washington. El presidente de Estados Unidos Donald Trump congregó el viernes 11 de mayo a los principales fabricantes de autos del mundo y los presionó a aumentar la producción doméstica al tiempo que reiteró su censura al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, siglas en inglés) con Canadá y México.
Los países del NAFTA están tratando de modernizar el tratado vigente desde hace 24 años y el sector automotor está en el centro de las negociaciones, pero no se han reducido las diferencias sobre los criterios para importar automóviles libres de impuestos.
"El NAFTA ha sido un horrible, horrible desastre para el país. Y veremos si conseguimos tornarlo razonable", dijo Trump al abrir la reunión en la Casa Blanca.
Trump no dio indicios sobre si el acuerdo puede ser afectado por una fecha límite fijada para la semana próxima, pero los negociadores de Canadá y México afirmaron que están centrados por el contenido y no por los plazos.
La ministra canadiense de Exteriores, Chrystia Freeland, quien pasó la semana en Washington para reunirse con el ministro de Economía de México, Ildefonso Guajardo, y el Representante Comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo a periodistas que "las negociaciones insumirán el tiempo que se precise para llegar a un buen acuerdo".
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Las conversaciones están estancadas en las demandas de Washington por aumentar la cantidad de componentes estadounidenses en los autos que califican para ser importados libres de aranceles. Y el reloj está corriendo.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo que se necesitaría un acuerdo por escrito hacia el jueves próximo para que de esa forma el Congreso pueda votarlo este año. Los republicanos son mayoría, pero la situación podría cambiar en las elecciones legislativas de noviembre.
Guajardo dijo que funcionarios comerciales seguirán las discusiones y los ministros estarán a la orden para seguir negociando la semana que viene. Advirtió empero que "no vamos a sacrificar la calidad debido a presiones por plazos".
Trump dijo que uno de los objetivos de la reunión con los ejecutivos de la industria automotriz era el de centrarse en "cómo fabricar más autos en Estados Unidos".
"Tenemos una gran capacidad de fabricación. Importamos muchos autos y queremos que muchos de esos vehículos sean hechos en Estados Unidos", dijo.
Los máximos jefes de Fiat Chrysler (FCRA), Ford y General Motors, y altos ejecutivos de BMW, Mercedes, Nissan, Toyota y Volkswagen asistieron a la reunión.
Trump elogió al presidente de Fiat Chrysler, Sergio Marchionne, porque esa compañía planea trasladar a Estados Unidos su planta de fabricación del popular Dodge Ram, que actualmente produce en México.
"Ahora, él es mi favorito en esta sala", dijo Trump dirigiéndose a Marchionne. "Es muy bueno. Dejar México, irse a Michigan. Eso fue muy bien recibido. Lo aprecio. Muchas gracias", le expresó.
En enero, Fiat Chrysler anunció inversiones por $1.000 millones para montar una planta de ensamblado en Michigan que generará 2.500 empleos.
Trump también quiso hablar sobre los planes de dejar atrás los estándares CAFE para el combustible aprobados en enero de 2017, en los días finales de la presidencia de Barack Obama. Esas normas apuntaban a reducir la emisión de gases que contribuyen al recalentamiento del planeta.
Los fabricantes de autos dicen apoyar los cambios a esas normas y piden que se establezca un standard nacional. California, por ejemplo, tiene reglamentaciones más estrictas que otros estados.