Una caída en la demanda diaria del 51% en la gasolina súper, del 44% en la gasolina plus y del 29% en el diésel, al comparar enero 2020 con abril pasado, tiene a los dueños de gasolineras en zozobra.
De acuerdo con datos solicitados a la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), el promedio diario de ventas de gasolina súper para el mes de enero pasado fue de 2,29 millones de litros y de 2,15 millones de litros en febrero.
Entre el 1.° y el 17 de marzo subió a 2,38 millones de litros, pues fue el lapso en el cual el Gobierno impuso medidas tendientes a controlar el avance del nuevo coronavirus. Pero luego de eso, entre el 18 y el 31 de marzo, la venta diaria de Recope de gasolina súper disminuyó a 1,19 millones de litros, y entre el 1.° y el 23 de abril el promedio diario de ventas cayó a 1,11 millones de litros.
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Lo mismo sucedió con los otros combustibles, al analizar los datos solicitados a Recope. La venta diaria promedio de gasolina plus en enero fue de 2,19 millones de litros y en febrero de 2,04 millones de litros. Entre el 1.° y el 17 de marzo se incrementó a 2,26 millones de litros diarios, pero entre el 18 y el 31 de ese mes se vino a pique a 1,30 millones de litros.
Entre el 1.° y el 23 de abril, la caída fue mayor, pues las ventas promedio diarias de gasolina plus de Recope se ubicaron en 1,22 millones de litros.
El diésel no escapó a la situación, pese a que el transporte de productos y de pasajeros se sostuvo, pero con restricciones. El promedio diario de ventas de este combustible fue de 4,14 millones de litros en enero; de 4,03 millones de litros en febrero y de 4,46 millones de litros entre el 1.° y el 17 de marzo.
El expendio promedio diario de diésel el Recope se vino abajo, a 3,24 millones de litros entre el 18 y el 31 de marzo y hasta 2,95 millones de litros, entre el 1.° y el 23 de abril de este año.
Impacto directo
Los cierres en el periodo nocturno y la fuerte baja en las ventas impactaron directamente en las estaciones de servicio o gasolineras, señaló José Miguel Masís, director ejecutivo de la Cámara Costarricense de Empresarios del Combustible.
“El diésel es el producto que más se vende en el país, pero es el que menos restricciones ha tenido; los consumidores de gasolinas son los que menos asisten a las estaciones, debido a las restricciones y al efecto teletrabajo”, señaló Masís.
El representante de los gasolineras reconoció que se han dado despidos de personal, pero argumentó que casi la totalidad de los dueños acudió a la readecuación de horarios de trabajo y, por ende, disminución en el pago de planillas. Hay que recordar, continuó, que la restricción total de circulación afecta varios turnos de operación, sobre todo el turno de noche.
“Muchos empresarios con deudas han recurrido a las nuevas condiciones de flexibilización anunciada por la mayoría de los bancos y esto ha generado una liberación de presión en los ya afectados flujos económicos”, declaró Masís.
Tal es el caso de Eladio Madriz, propietario de Servicentro Cristo Rey, en Ochomogo, Cartago. El empresario dijo que puso a sus 20 empleados en turnos de seis horas, en lugar de ocho horas, para no despedir a nadie. Esto significa una reducción del 25% en el pago a los trabajadores.
Entre semana y los sábados, detalló, las ventas le bajaron entre 40% y 50%, mientras que domingos el impacto es superior al 50%.
Respecto a la reducción de ingresos, la Cámara de Empresarios del Combustible estima una afectación del 30%, sin embargo, con la apertura gradual de actividades es probable una recuperación paulatina, según un respuesta por escrito.
Masís señaló que 70% de las 375 estaciones en operación se encuentran en la Gran Área Metropolitana y es precisamente esta zona una de las más afectadas. Zonas rurales, añadió, reportan afectación en menor escala, pues debido a la actividad agrícola e industrial se ha mantenido una operación relativamente normal.
“No se ha reportado cierre de estaciones, pero existe gran preocupación de estaciones de servicio que históricamente han tenido bajo nivel de operación, que se agrave la situación y deban tomar medidas extremas”, explicó ante una consulta al respecto.
Sobre cuántas personas se han visto afectadas con suspensiones de contratos y reducción de jornadas no se tiene el dato, pero en el sector operan cerca de 8.500 trabajadores directos, que son cabezas de familia. La posición de los agremiados es no despedir, realzó.
Madriz, por su parte, tiene la esperanza de que la emergencia pase pronto y no despedir a nadie. Se quejó de la excesiva tramitomanía, pues el empresario emplea casi todo su tiempo en llenar papeles para unas 25 o 30 entidades, entre estatales y las municipalidades.
“El Estado tiene que volverse más tolerante y tiene también que racionalizarse. No podemos mantener un nivel de producción como el que se requiere de aquí a dos años con un Estado pesado. Yo le puedo caminar a usted 100 metros con 40 kilos en la espada, pero es muy difícil que se las camine con 150 kilos a la espalda”, advirtió Madriz, en referencia los problemas con problemas de tramitomanía.