El ingreso de bicicletas y motocicletas eléctricas tuvo un fuerte incremento en Costa Rica durante los últimos dos años.
Los datos del Ministerio de Hacienda muestran que, el año pasado, se importaron un total de 3.585 unidades, lo cual significó que se cuadruplicó la cantidad si se comparan con las 884 que entraron al país en el 2017.
Diana Rivera, directora ejecutiva de la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (Asomove), comentó que, en el 2019, la gran mayoría de vehículos eléctricos importados fueron bicicletas.
Según la organización, con base en el registro del portal Tecnología de Información para el Control Aduanero (TICA), ingresaron al país 3.019 bicicletas eléctricas, durante el año pasado, y las restantes 566 fueron motocicletas.
“El costo de las bicicletas, al ser más económicas que una motocicleta, puede ser uno de los factores en el impulso de este segmento. También influyó el lanzamiento del alquiler de bicis eléctricas”, destacó Rivera.
El número tan relevante de bicicletas eléctricas importadas coincide, al igual que en el ingreso de carros cero emisiones, con la implementación de las exoneraciones tributarias brindadas en la Ley Incentivos y Promoción para el Transporte Eléctrico.
En el caso de las motocicletas, el beneficio impositivo ha impulsado la importación, destacó Luis Miguel Herrera, de Moto Apex, importador de la marca Zero Motorcycles.
“Los incentivos fiscales han proporcionado precios competitivos. Después de la inversión inicial, el costo de mantenerlas es más bajo, comparado con una moto de combustión”, destacó Herrera.
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En el caso de las bicicletas eléctricas, el proceso para aplicar la exoneración ha sido engorroso.
Nayid Aguilar, director general de OMNi Costa Rica, empresa que importó 950 bicicletas eléctricas el año pasado, reconoció que no aplicaron la exoneración, pese a haber iniciado trámites, debido a lo lento del proceso.
Además, la compañía necesitaba las unidades, en octubre pasado, cuando lanzaron servicio de alquiler de bicis eléctricas en San José.
“Sobre las 950 unidades se pagaron todos los impuestos. Primero porque se debe ir a tres diferentes instituciones. Fue necesario hacer un DUA (documento único aduanero) por bicicleta y pagarlo. Luego, había que probar que eran bicis eléctricas, pese a que no tienen motor de combustión, ni mufla. A simple vista se ve que son eléctricas”, contó el empresario.
Aguilar reconoció que si hubieran aplicado el beneficio tributario el ahorro, por pago de impuestos sobrepasaba los $15.000.
Para este 2019, la empresa importará 1.500 bicicletas más con el objetivo de ampliar el servicio de alquiler en San José y extenderlo a cantones como Escazú y Santa Ana.
Sin embargo, a diferencia del proceso del 2019, les permitieron presentar un DUA por lote de 50 bicicletas, lo cual reduce costos y podría agilizar el trámite para aplicar la exoneración, expresó Aguilar.
Otras compañías que venden bicis eléctricas también han desistido de optar por la exoneración, dado lo complicado del trámite.
Ese es el caso de Green Bike Costa Rica que comercializa varios modelos de la marca Feiwel, cuyo costo por bici eléctrica inicia desde los ¢595.000.
“Todas las bicicletas debe revisarlas Riteve y decir si son eléctricas. Cosevi (Consejo de Seguridad Vial) debe dar el visto bueno y luego es necesario inscribirse en Exonet (portal de exoneraciones tributarios) y tramitar el formulario de por cada bici. Al final, las bicicletas pueden pasar hasta tres meses en un almacén fiscal”, destacó Mario Monge, fundador de Green Bike.
Monge sí destacó que el interés por las bicicletas eléctricas para uso urbano crece, porque resultan más fácil moverse en la ciudad, comparado con un automóvil debido a las presas.