El mercado de seguros registró un ingreso de ¢832.000 millones por la venta de primas, al término del 2019, lo que se tradujo en un dinamismo del 8% respecto al año previo.
Las primas corresponden a la cantidad de dinero que pagan los asegurados por las pólizas adquiridas. Este rubro creció inclusive más que en el 2018, cuando el repunte fue del 4%.
El comportamiento de la industria representa un aumento no solo significativo en el mercado, sino también sostenido a lo largo de los 11 años de apertura”, anotó la Superintendencia General de Seguros (Sugese), este martes 25 de febrero, durante la presentación de los resultados de la industria.
Sin embargo, algunas compañías de seguros registraron un desbalance entre los ingresos y los gastos puros del negocio, es decir, aquellos que están directamente relacionados con la comercialización de seguros y no con las inversiones que realizan las aseguradoras. Las utilidades de las aseguradoras también se contrajeron en el 2019.
En particular, el dinamismo en el ingreso por la venta de seguros de ese año provino del crecimiento de los segmentos de vida (7,7%), accidentes (36%), salud (6,9%) e incendio (9,1%), en el periodo en mención.
Por compañía, el Instituto Nacional de Seguros (INS) fue el que más repuntó los ingresos por primas en términos absolutos, mientras que entres las aseguradoras privadas le correspondió a ASSA.
Las primas per cápita pasaron de ¢154,3 millones en el 2018 a ¢164,7 millones en el 2019. Además, el posicionamiento de la industria dentro del producto interno bruto (PIB) pasó de 2,2% a 2,29%.
Más allá de los ingresos por las primas, las aseguradoras reportan a la Sugese otras cifras, entre ellas, los resultados financieros.
De entrada, las utilidades de las compañías de seguros decrecieron 21% en 2019. Del total de aseguradoras, únicamente tres reportaron mayores ganancias que en 2018: Quálitas, Seguros del Magisterio y Mapfre.
El INS registró una caída de 15% (¢13.463 millones) en sus ganancias, respecto al 2018.
La Superintendencia también calcula el resultado técnico y financiero, para conocer la salud de estos negocios.
El resultado técnico aborda el balance entre los ingresos (primas ya cobradas) y los gastos (siniestros, administrativos y otros) directos del negocio asegurador. Evidencia si las primas cobradas fueron suficientes para cubrir los gastos del negocio.
En este caso, la industria de seguros redujo su resultado técnico, impactado por la cifra negativa de tres compañías: Triple S, Oceánica de Seguros y el Instituto Nacional de Seguros (INS). Las 10 restantes obtuvieron cierres de año positivos.
El mercado reportó un balance técnico de ¢21.876 millones en el 2018 y el resultado del 2019 bajó a ¢1.867,7 millones.
Del total de primas devengadas por la industria, la utilidad pasó de un 2,5% a un 0,2%.
El INS mostró un resultado técnico negativo de ¢16.909 millones, el mayor de la industria, y seguido por cifras mucho menores de Triple S con ¢828,1 y Oceánica con ¢889,5 millones.
Elian Villegas, presidente Ejecutivo del INS explicó que es la primera vez que ocurre dicho desequilibrio técnico, desde el 2015, y pasó, principalmente, por el incremento adicional de la reserva del seguro de riesgos del trabajo solicitado por la Sugese.
“La Sugese nos obligó a aumentar la reserva del RT, por encima de la regulación, ante una observación hecha por el Fondo Monetario (Internacional). Al final, el incremento extraordinario de esta reserva fue de ¢46.000 millones”, destacó el jerarca.
El jerarca de Sugese, Tomás Soley, comentó que los resultados técnicos del mercado se vieron debilitados, en conjunto, aunque los datos por entidad fueron variados.
Posibles causas
¿Cuáles razones pueden llevar a que una compañía de seguros reduzca o contraiga su resultado técnico? De entrada, las primas deben ser suficientes para cubrir los gastos del seguro, de lo contrario no hay rentabilidad. Soley afirmó que una hipótesis podría ser que la compañía realice un ajuste a la baja en el precio de las primas más allá de lo deseado, por la alta competencia y como estrategia comercial, anotó Soley.
Segundo, la siniestralidad pudo ser mayor a la proyectada. Esto puede darse porque situaciones no controladas, como choques climáticos, pueden subir la siniestralidad, o porque los controles del pago de siniestros se relajaron (es decir, se pasan por alto el incumplimiento de requisitos para el pago al asegurado).
Un tercer factores es el ciclo de mercado, si a un ramo de seguros le fue muy bien un año puede ser que el siguiente año sea menos dinámico y esto impacta el resultado.
Por último, están los gastos operativos de la compañía y qué tan eficiente es esta. Por ejemplo, si la aseguradora tiene sed de expansión, estos gastos aumentan, contrata personal y esto puede impactar. Otro caso sería que la compañía sea más agresiva en comisiones a los intermediarios que comercializan sus seguros.