La pandemia sanitaria está pasando, durante este año, una factura relevante a las ocho empresas eléctricas autorizadas a vender energía al sector productivo y los hogares en Costa Rica.
El confinamiento y la crisis económica provocó una fuerte caída en el consumo de electricidad en el comercio, servicios y la industria.
También, una reducción en la cantidad de abonados, principalmente en el sector comercial, según los datos brindados por las compañías a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) y publicados en el sitio web de la entidad.
En contraste, la venta de energía al segmento residencial se disparó a nivel nacional, debido a la incidencia del teletrabajo.
Pese al incremento del consumo de los hogares, la Autoridad Reguladora confirmó que la demanda de energía total del país ha disminuido en 6,43% por los efectos de la covid-19.
Algunas compañías generadoras y distribuidoras lograron compensar el efecto de la covid-19 en su negocio y finanzas, como la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) y la Junta Administrativa del Servicio Eléctrico Municipal de Cartago (Jasec).
Sin embargo, las cooperativas eléctricas, cuyo servicio se brinda en zonas rurales, confirmaron caída en ingresos y la aplicación de medidas de contención como la reducción de jornada a sus empleados y recorte a inversiones.
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En el caso del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), registró una caída en sus ingresos por la venta de energía, en el primer semestre de este año.
Mientras, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) registra un leve incremento de sus ingresos, entre enero y setiembre de este año, frente la mismo periodo del 2019.
“Muchas empresas pospusieron gastos e inversiones para los próximos años para evitar presiones financieras y por ende utilizar esos recursos en disponer de un flujo financiero que les permitirá la compra de energía necesaria para atender a sus abonados”, confirmó Marco Cordero, intendente de Energía de la Aresep.
Cordero añadió que hasta el cierre de este año conocerán el efecto de la pandemia, si provocó un déficit en los ingresos de las compañías y si será necesario un ajuste tarifario.
Covid-19 modifica demanda de energía
La pandemia sanitaria modificó este año el mapa de consumo de electricidad. El confinanmiento elevó el consumo de los hogares, pero bajó en el sector productivo.
FUENTE: ARESEP || INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.
Segmentos afectados
La información brindada por las empresas a la Aresep detalla que la mayor caída en el consumo ocurre en el segmento de comercio y servicios.
En ambas actividades económicas la demanda se redujo un 14% durante este año, frente al mismo periodo del 2019. También hubo una baja en abonados.
Hasta agosto anterior, las ocho empresas eléctricas reportaron 217.699 clientes inscritos, es decir, 1.072 menos frente a abril pasado, cuando comenzó el confinamiento más riguroso dictado por el Gobierno.
La baja de clientes es neta, pues hubo compañías que perdieron abonados y otras los incrementaron, según el registro de Aresep.
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“Los sectores comercial e industrial, principalmente el comercial, han sufrido una contracción acumulada a setiembre de 2020, al compararse con 2019”, informó la Gerencia de Electricidad del ICE.
Al primer semestre de este año, los ingresos por la venta de electricidad del Instituto ascendieron a ¢413.304 millones, es decir una reducción del 3%, frente a los ¢425.802 millones, según sus estados financieros.
En la contracción incidió la baja tarifaria aplicada, desde diciembre de 2019; y el menor consumo, explicó la compañía estatal.
En agosto, el ICE reportó 91.586 usuarios del sector comercio y servicios, es decir, tuvo una disminución de 1.024 clientes frente a abril de este mismo año.
En la zona norte del país, Coopelesca confirmó que tuvo una caída del 16% hasta agosto de este año, frente al mismo periodo del 2019. El consumo acumulado promedio fue de 101,3 Gigavatios-hora (GWh). Un GWh equivale a un millón de kilovatios hora.
“La afectación de los ingresos es de aproximadamente un 10%, considerando sobre todo la afectación turística y comercio que tuvo una disminución importante”, explicó Carlos Murillo, gerente de Servicios al Asociado de la cooperativa.
Pese al menor consumo, Coopelesca reportó un incremento en abonados en el sector comercial. En agosto, cerró en 12.500, casi 200 más frente al inicio de este año.
Murillo confirmó que la baja en ventas los obligó a disminuir inversiones para mejoras en la red, mantenimiento y nuevas obras eléctricas, y podría repercutir en la atención de la continuidad y calidad del equipo.
Coopeguanacaste confirmó que el efecto de la baja en la demanda fue significativo y generalizado.
“La pandemia obligó a reducir jornadas laborales y reducir gastos y posponer inversiones”, detalló la empresa por escrito.
En el caso del sector industrial, la caída reportada por las empresas es del 2,2%, durante este año, según Aresep.
Residencial al alza
En el caso de los hogares, los datos de la Aresep muestran un consumo nacional de 2.700 GWh entre enero y agosto de este año, es decir un incremento del 3,8% frente la mismo periodo del año pasado.
En siete de las ocho empresas se registró un alza en ventas; la excepción fue Coopeguanacaste.
“En el primer trimestre de este año, registró cerca de 40% del consumo. Después de marzo y hasta setiembre, el mismo subió a 44%, producto del traslado a los hogares de gran parte de la población”, explicó el ICE.
José Francisco Hidalgo, quien es el director de Energía de la ESPH, confirmó que tuvieron un crecimiento importante al servicio residencial, comparado con otros sectores, relacionado con el teletrabajo y gestiones de educación en casa.
La empresa herediana reportó, al primer semestre, ingresos por venta de negra de ¢26.110 millones, es decir un incremento de 3,6%, frente a los ¢25.202 millones al mismo periodo del 2019, según el informe del Plan Anual Operativo.
En el caso de Jasec, la empresa municipal confirmó que la mayor venta de energía a los hogares compensó la baja de consumo industrial, comercio y servicios, informó Dagoberto Quirós, vocero de la entidad.
Al primer semestre de este año, la Junta tuvo ingresos por ¢23.526 millones por venta de electricidad, es decir, un alza del 1,8%, frente a los ¢23.088 millones la mismo periodo del 2019, según sus estados financieros.