Todos los jueves César Alpízar llega al campo ferial de Atenas entre 7:00 p.m. y 8:00 p.m. Lo acompaña su esposa Adriana y en ocasiones alguna de sus dos hijas. El ritual siempre es el mismo: atravesar los pasillos creados por cajas y tarimas. Observar a los lados los productos, identificar los más frescos y las mejores promociones.
Después de apuntar en la memoria los puntos que visitarán, toca elegir el carrito de las compras y empezar el recorrido.
El servicio en la feria del agricultor es completo. César va porque puede dejar su carro en un parqueo vigilado con cámaras. Los puestos, tan variados como los colores, están completamente bajo techo y en un suelo lujado que hace fácil caminar y transportar el “carrito de supermercado” que está disponible en la entrada. Y por si hiciera falta, los baños son limpios y gratis.
Junto a Adriana deciden cuáles productos usarán en el menú semanal para los cuatro comensales de su casa y empiezan, nuevamente, a recorrer los pasillos de la feria de Atenas.
A tanta comodidad no renunciaría a menos de que no tuviera otra opción, pero lo cierto es que César tenía más de dos años de no comprar en la feria, porque su trabajo se lo impedía.
“El horario de viernes era muy complicado. Había que madrugar muchísimo para ir”, declaró Alpizar quien es profesor de inglés en uno de los colegios del cantón y entra a trabajar a las siete de la mañana, diariamente.
Desde noviembre del 2018 la feria del agricultor de Atenas amplió su horario a jueves de 4:00 p.m. a 9:00 p.m. El resultado fue que César y unos 800 clientes más se sumaron a comprar en la feria, todas las semanas.
“Atenas es un cantón dormitorio y tenemos muchas personas que no podían venir a la feria por el horario de trabajo. Intentamos con un plan piloto del 15 de noviembre del 2018 al 15 de mayo del 2019 y realmente nos sirvió”, declaró Alonso Alvarado, administrador de la feria del agricultor del lugar.
El resultado fue mejor de lo esperado. El promedio de visitación semanal, dividido entre los dos días de feria, es de 1.800 personas. Antes de que pensaran en ampliar a horario nocturno, el promedio eran 1.000 visitantes.
Es por esto que la feria se mantiene los viernes y el público es distinto cada día. Esas 800 personas adicionales son el público meta que buscaban con la apertura nocturna, personas que trabajan en el cantón en horario de oficina, muchas otras que viven en Atenas pero trabajan fuera –casi todas en San José– e incluso algunas que no viven en la comunidad y vienen de lugares cercanos, como por ejemplo Turrúcares.
Por el contrario los viernes van a la feria los clientes “clásicos” que son los vecinos que no tienen su horas comprometidas porque trabajan desde sus casas, son pensionados o tienen horarios flexibles. A ellos se les suman un nutrido grupo de extranjeros que vive en el cantón y prefiere visitar la feria por las mañanas, de acuerdo con Alvarado.
El caso de Atenas se replica en varias partes del país. La idea ha generado opciones en lugares como Coronado, Alajuela y Heredia centro, Ciudad Colón o San Mateo, son algunos de los ejemplos.
La mayoría de las iniciativas se desarrollan entre jueves y viernes por la noche, pero el patrón es el mismo: cautivar un público atrapado en el horario de oficina y en la mayoría de los casos, extender el tiempo de las de las ferias.
En San Mateo se da un caso muy similar de acuerdo con Jorge Vargas del Centro Agrícola Cantonal de la comunidad, ente que organiza la iniciativa.
Los organizadores de la feria del agricultor, de apenas 40 puestos, aprovecharon que Orotina, cantón colindante, hace su feria los viernes en la mañana para atraer a los mismos vendedores unas horas antes y que vendieran en San Mateo.
La iniciativa también ha sido exitosa, nutrida de vecinos del mismo cantón y público que va desde Orotina atraído por el horario nocturno.
“Salen de trabajar y vienen. Tenemos cocina con comida criolla bastante buena. Entonces hacen sus compras, comen acá y no tienen que ir a cocinar a la casa después de que salen del trabajo”, declaró Vargas.
La Nación consultó a la Junta Nacional de Ferias del Agricultor el número específico de iniciativas nocturnas, sin embargo al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
Se vende más
Cada vendedor de la feria de Atenas debe pagar ¢6.000 los viernes para poder tener su campo. La idea de abrir jueves inicialmente no fue bien vista por todos los vendedores. De entrada pensaron que iba a ser “muy cansado” y que no iba a valer tanto la pena.
Por el puesto nocturno los productores tienen que cancelar ¢3.000 adicionales, por lo que el costo total es de ¢9.000 por plaza.
Unos meses después, los participantes comprobaron que valía la pena el esfuerzo extra, sino que algunos incluso han duplicado sus ganancias.
Uno de ellos es Sergio Matamoros, que viaja todas las semanas desde Paraíso de Cartago hasta Atenas para vender sus hortalizas.
“Inicialmente me pareció una idea loca, pero la gente ha respondido”, declaró Matamoros quien asegura que sí se vende más.
El ingreso total actual del la feria ronda entre los ¢23 millones y ¢25 millones por fin de semana. Antes del noviembre del 2018 era de máximo ¢15 millones, según Alvarado.
Esto quiere decir que los ingresos, divididos entre los 90 puestos de la feria, rondan en promedio ¢250.000 y ¢270.000 por vendedor.
Así lo percibe también Giselle Delgado, la dueña de la soda de la feria del agricultor de Atenas. Para ella abrir los jueves “fue la mejor idea que pudieron tener” los administradores. Este local amplió su menú para preparar cenas típicas: desde lengua en salsa hasta estofado y el resultado fue un aumento cercano al 90% en sus ventas.
Esto se debe a que los precios de estas comidas son más altos que los desayunos, de acuerdo con Delgado. A esto se le suma que muchos de sus clientes compran para llevar y cenan en sus casas después de hacer las compras.
Un caso similar es el de Liliana Agüero, quien se identifica entre los casi 100 puestos de la feria por la venta de lechugas hidropónicas.
“Al principio veíamos como que no iba a funcionar, pero después fue todo un éxito. Los jueves pueden venir las personas que trabajan. Salen del trabajo y se vienen para la feria. Ahora vemos que es muy familiar, vienen con los hijos y pasan un rato familiar”, declaró Agüero.
Las ventas son fructíferas, de acuerdo con la productora. En su caso, la cantidad de ventas se han duplicado y asegura que incluso vende más durante el jueves.
Ferias VIP
El cambio de horario nocturno viene acompañado de establecimientos con mayores facilidades.
Para empezar, la mayoría se realizan en espacios techados como protección ante las lluvias. Así sucede en Atenas, San Mateo, Heredia, Alajuela y Coronado entre otras.
Los espacios parqueo, en muchos casos son gratuitos y algunos tienen cámaras de seguridad, Internet inalámbrico e incluso áreas de juego para niños como en la feria de Mercedes Norte de Heredia.
A esto se le suman los espacios de ventas de comida que se presentan como una alternativa para los compradores que quieren evitar preparar la cena después de las compras.