Javier Suárez, nuevo presidente de Davivienda, dirige la operación de la entidad en Colombia y Centroamérica desde enero pasado. Él asumió el cargo, precisamente una década después de haberse encargado de adquirir la operación que HSBC tenía en Costa Rica, El Salvador y Honduras.
A 10 años de la compra, Suárez asegura que la operación en la región ya se pagó y brinda réditos significativos para la entidad colombiana. En el caso de Costa Rica, el tamaño y las ganancias son tres veces mayores, aseguró en una entrevista con La Nación el jueves 5 de mayo, durante su primera visita al país en el cargo.
Los activos de Davivienda reportaron, a marzo pasado, un saldo de ¢2.435.965 millones, frente a los ¢774.773 millones al mismo periodo del 2012. En el caso de las ganancias, esas ascendieron a ¢22.799 millones en diciembre del 2021, es decir, tres veces más a los ¢7.247 millones en el mismo plazo del 2012, según datos de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
Suárez confirmó que profundizar los servicios digitales de manera sencilla y segura, para los 20 millones de clientes en los cinco países donde opera el banco, está entre sus prioridades inmediatas. A continuación un extracto de la entrevista.
— Hace 10 años que ustedes decidieron entrar en la región. ¿Cómo valoran la internacionalización de Davivienda?
— Cuando se formalizó la adquisición, tuve la responsabilidad de liderar la transacción. Recuerdo bastante bien el proceso y lo que estábamos recibiendo. Sentíamos que el toque nuestro podría tener un impacto en la región. Al verlo en retrospectiva, las cifras nos lo demuestran.
“Hoy la operación Costa Rica es tres veces más grande que cuando comenzamos. Contamos con un equipo de casi 1.000 personas. Al final del día, hay una cercanía. Costa Rica no es un número en un universo de países. Eso hace que cuando nos sentamos a ver la estrategia decidimos junto con Arturo (Giacomin, gerente del país) hacia donde va la operación. Claramente con todo el apoyo de nuestra capacidad regional, pero entendiendo la mirada local”.
— ¿Cómo fue el proceso de adquisición?
— No teníamos una operación regional. Previamente habíamos adquirido, en Colombia, Bancafé de mucha tradición cafetera que tenía una pequeña presencia en Panamá y Miami, en Estados Unidos. Con esa pequeña operación se nos abrieron los ojos y vimos como podíamos agregar valor en otra región, con la cual teníamos afinidades.
“Entonces, cuando aparece la posibilidad de comprar las operaciones que tenía hasta ese momento HSBC en Centroamérica, la estudiamos. Fue un proceso complejo, pero muy interesante. Aprendimos mucho y reconocimos el valor en los equipos de cada país. Después de meses, cerramos la transacción y hoy Davivienda es mucho mejor.
“No es solo por los números, sino por las prácticas. Una de las cosas positivas, es que no tenemos un modelo que dicta las decisiones, desde Colombia, de lo que debe pasar en cada uno de los países. Vamos construyendo juntos, aprendemos prácticas administrativas de formas de manejar el negocio, formas de abordar los riesgos y de talento humano”.
— ¿La operación de hace 10 años ya se pagó y genera réditos?
— Cuando hicimos la inversión teníamos un horizonte para mejorar las utilidades en cada país y hacerlas crecer. Frente a los planes que nos trazamos inicialmente, los resultados han sido muy superiores. Hoy en día, las utilidades que tenemos en Costa Rica son más de tres veces las ganancias que tenía HSBC.
“Financiamos la operación y frente a los costos de ese financiamiento, las utilidades han sido superiores. Desde el punto de vista financiero fue un negocio atractivo, pero lo fue mucho más a nivel estratégico. Contar con las operaciones en la región nos da posibilidad de seguir creciendo y hacer inversiones en plataformas digitales que llegan a un mayor número de clientes. Como grupo estamos cerca de llegar a los 20 millones de clientes”.
Nueva ruta
— Don Efraín Forero, anterior presidente, afianzó la expansión de Davivienda fuera de Colombia. ¿Cuál será su misión en el cargo, hacia donde será el horizonte?
— En los últimos años, el presente y los próximos, vemos una transformación digital de la industria bancaria. Fue muy oportuno que llegáramos a la región hace 10 años porque consolidamos la operación y se dio antes de que llegara este cambio. Esta aceleración de la industria financiera nos toma bien parados porque hemos hecho las inversiones.
“La transformación digital debe hacer todo más sencillo, amigable y confiable para nuestros clientes. Queremos que sea fácil abrir una cuenta, desde el móvil hoy se puede hacer en cuestión de minutos o solicitar un crédito. Que sea confiable por obvias razones porque manejamos el dinero de los clientes. Queremos que sea amigable porque es el componente humano que no lo queremos perder, parte de lo que hacemos es ir de la mano con nuestro equipo para relacionarse con las personas o empresas.
“Las transacciones son cada vez más fáciles de desarrollar desde el móvil, pero la asesoría y dar la mejor solución al cliente sentimos que está para quedarse. Por más avance digital, el lado humano estará”.
— ¿Cuál es la responsabilidad de los bancos en la protección de sus clientes dado que los riesgos informáticos son cada vez mayores?
— El riesgo más sensible hoy es la ciberseguridad y el de ataques cibernéticos. Por eso, la ciberseguridad se vuelve prioritaria dentro de la agenda nuestra. Al final del día cuando hablo de confiabilidad, es que el cliente se sienta seguro.
“Los clientes tienen una responsabilidad en el manejo de su información financiera y la forma en como deben manejar las claves. Pero somos conscientes de que tenemos una responsabilidad muy grande que es diseñar herramientas y mecanismos para que los clientes estén menos expuestos.
“Tenemos la responsabilidad de que los clientes se sientan seguros, aún cuando sea el cliente quién se expone. Tenemos que anticiparnos y ver cómo hacemos para que el cliente no lo haga. A través de mecanismos de educación financiera o mecanismos tecnológicos para evitar que la persona haga cosas que lo pongan en posición de vulnerabilidad. La responsabilidad de cuidar a los clientes es nuestra”.
— ¿Qué productos financieros que ofrecen en Colombia ven para Centroamérica? Allá se aliaron con Rappi para brindar soluciones financieras desde el app.
— De cara al futuro, sabemos que el mundo es cambiante, en donde el sector financiero está en proceso de transformación. Hay tendencias claras como el open banking, donde los productos financieros se ofrecen en los comercios y hay jugadores distintos a las entidades financieras.
“Un reto nuestro es salir del modelo de que, cuando necesito una solución financiera voy al banco. Ahora pasamos a un mundo donde compro o disfruto un servicio, entonces el producto financiero está ahí. En este mundo las alianzas se vuelven muy importantes.
“Partimos de la base de que nosotros no estamos en el centro y el cliente tiene que venir a usar los servicios. Nosotros tenemos que estar allá (con el cliente). Uno de los caminos es lo que hacemos con el móvil, pero hay otros, como estar con terceros. En el caso de Colombia, así lo identificamos con Rappi. Entonces, cuando estoy dentro de la aplicación comprando, puedo tener un servicios financiero. Nosotros (Davivienda) somos la plataforma que está detrás logrando que eso pase.
“Como multilatina, llevaremos esas nuevas opciones (de servicio) donde podamos, si las condiciones de mercado son propicias”.