En Costa Rica, el 21% de la población vive en condición de pobreza, pero si todas las mujeres que están en edad y capacidad de emplearse tuviera un ingreso, ese porcentaje se reduciría a la mitad.
El problema es que ellas se topan con barreras para insertarse en el mercado laboral, luego para encontrar buenos trabajos y finalmente, para que se les pague en igualdad de condiciones que los hombres. Esas barreras crecen aún más para aquellas que habitan en zonas rurales.
Como afirma Natalia Morales, investigadora del Estado de la Nación, hay grandes brechas, pese a décadas de luchas y algunos avances.
El machismo, la justa distribución de labores en el hogar y el cuido de los hijos son todavía temas pendientes, que explican por qué en el país solo están ocupadas el 45% de las mujeres.