El transporte y la actividad industrial de Costa Rica aportan la mayor cantidad de Gases de Efecto Invernadero (GEI), cuya creciente contribución agrava la crisis climática del planeta. De 1990 al 2017, su aporte de emisiones aumentó 176% en el país.
Sin embargo, en el mismo período, Costa Rica bajó 110% sus gases resultantes del sector de silvicultura y ganadería debido a una caída en los 90 del hato bovino para producción de carne y leche, cambios en usos de zonas para cultivos y recuperación de zonas boscosas que absorben y retienen los gases.
A pesar de ese buen desempeño, Costa Rica enfrenta una amenaza ligada al envejecimiento de sus bosques porque conforme avance absorberán menos gases.
Estos son algunos de los hallazgos del recién publicado Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (INGEI), que desarrolla el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El documento se incluyó en la Cuarta Comunicación Nacional que Costa Rica envió a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), como parte del cumplimiento de las metas climáticas al actualizar información relacionada con mitigación y adaptación.
El análisis estimó las emisiones y absorciones de estos gases con origen en Costa Rica para el año 2017, incluidas revisiones y actualizaciones de datos de toda la línea temporal desde 1990. De ese repaso, sobresale ese 77% de aumento de la tendencia a más emisiones sin considerar los recortes provenientes del sector de silvicultura y ganadería.
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Para el año 2017, Costa Rica registró emisiones por 14.477,6 Gigagramos (Gg) de dióxido de carbono equivalente (CO2 eq). Cada Gg equivale a 1.000 toneladas lo cual significa que, solo ese año, Costa Rica lanzó 14 millones de toneladas de ese gas al aire.
Por fortuna, los bosques nacionales también contribuyeron a capturar CO2 eq de la atmósfera de forma que el sector forestal, y los cambios en el uso de la tierra y la silvicultura (gestión de bosques) disminuyeron la presencia del 20,5% de las emisiones brutas del país ese año. Así, los gases de efecto invernadero netos lanzados por Costa Rica se redujeron de 11 millones de toneladas de CO2 eq.
En comparación, ese registro es positivo pues el reporte indica que en 1990 las emisiones del país alcanzaron 37,3 millones de toneladas de CO2 eq y otros gases.
El caso es que pese a esa tendencia positiva, entre 1990 y 2017 sí creció el aporte contaminante de actividades como el transporte y la industria.
Sus emisiones para el 2017 llegaron a 7,9 millones de toneladas de CO2 eq lo cual significa 1,4% más frente al 2016 y 8,9% respecto al último INGEI cuyo año base fue el 2015. Al considerar las últimas tres décadas, la cantidad de gases provenientes de estos sectores creció 176%.
Esto explica cómo esas actividades pasaron de aportar 35,3% de emisiones nacionales en 1990 a 55% en el 2017. En cambio, silvicultura y ganadería redujeron su impacto de 45,7% en 1990 a 20,5% al 2017.
Atención a los bosques
En el 2017, el sector de la silvicultura absorbió de manera neta tres millones de toneladas de CO2 eq. Esto se vincula al beneficio de políticas forestales para proteger y regenerar bosques, como la Ley Forestal 7575 de 1997 y el Programa Pago por Servicios Ambientales (PSA).
El INGEI explica que los bosques secundarios (aquellos regenerados luego de una perturbación significativa) tienen el mayor mérito en la absorción de CO2 gracias a lo cual las emisiones netas de gases desde Costa Rica han disminuido 69,1% desde 1990.
Por desgracia, los bosques secundarios están perdiendo fuerza. A partir del 2014, el análisis detectó una disminución en la cantidad de absorciones en parte porque muchos de los bosques secundarios empezaron a entrar en edades avanzadas, en las que la capacidad de absorción tiende a disminuir.
“No podemos pensar en un sector forestal que va a compensar por siempre. El bosque va envejeciendo y va absorbiendo menos carbono. Si queremos bajar emisiones, tenemos que reducirlas en los sectores críticos. No podemos depender de absorciones para alcanzar las cero emisiones netas”, expresó al respecto el director del IMN, Werner Stolz España.