Científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, en colaboración con investigadores de la Universidad de Siena en Italia identificaron una proteína clave en la cola de los espermatozoides que sería vital para la fertilidad.
La proteína se llama Centrobin y está relacionada con el movimiento que tienen los espermatozoides para conseguir la velocidad necesaria para fecundar un óvulo.
El estudio se realizó en la mosca Drosophila melanogaster y no necesariamente puede extrapolarse en un 100% a los seres humanos. Sin embargo, las similitudes genéticas de este insecto con el Homo sapiens lo hacen un animal muy común para investigaciones científicas.
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En este caso específico, tanto en moscas como en humanos, los espermatozoides están compuestos por el cuerpo celular y el flagelo, popularmente conocidos como "cabeza" y "cola", respectivamente.
Este flagelo es un apéndice delgado –parecido a un látigo– que sobresale del cuerpo de la célula. La cola está formada por una gran cantidad de microtúbulos y estos componentes son indispensables para que las células puedan desplazarse y así logren alcanzar y fertilizar la célula reproductora femenina.
La simetría de los microtúbulos se forma gracias a un pequeño orgánulo localizado en la base del flagelo. Este orgánulo se conoce con el nombre de cuerpo basal.
El estudio, publicado en la revista Journal of Cell Biology, indica que en ausencia de esta proteína, los cuerpos basales y los flagelos que estos forman, carecen de estos microtúbulos. Por esta razón, los machos deficientes para Centrobin son estériles.
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Espermas decapitados
A esto se le une algo más: la conexión entre el cuerpo celular y el flagelo también está comprometida en los espermatozoides que tienen esta proteína mutada. De acuerdo con los científicos, este efecto visto en las moscas es muy parecido a una patología que conlleva esterilidad masculina humana, conocida como el “síndrome de espermatozoides decapitados”.
El semen de las personas afectadas con esta enfermedad parece normal, pero en realidad, la mutación da como resultado cabezas de esperma separadas de sus colas y, consecuentemente, no pueden desplazarse.
¿Podrá dar esto soluciones a hombres con este padecimiento? Los investigadores aseguran que aún están lejos de la respuesta.
Antes de eso primero deben estudiar el rol de esta proteína en los seres humanos. Posteriormente deben buscar moléculas que podrían regular los niveles de esta proteína o que hagan la función de esta y, luego de eso, someterlas a un ensayo clínico.
No obstante, aseguran que con el hallazgo ya tienen pistas que hablan de cómo funciona la fertilidad masculina y es una base para comenzar con investigaciones que puedan ver resultados en varios años.
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