En un salón, decenas de personas aplauden y, con sincronía rítmica, golpean distintas partes del cuerpo con las palmas. Algunos cantan. Se mueven. Parece una coreografía o forma de hacer música en que los ritmos y movimientos se van haciendo más complejos.
Sin embargo, es algo que va mucho más allá: se trata de un método que busca estimular el cerebro y ayudar en diversos procesos neurológicos como la atención, la memoria, la concentración y capacidades para el lenguaje o la matemática.
También ayuda a personas con males como párkinson, problemas cognitivos como alzhéimer, o daños cerebrales después de un accidente. En estos casos, la enfermedad no se cura ni desaparece, pero el paciente tiene mejor calidad de vida y un deterioro menor en el largo plazo.
Se trata del método BAPNE (Biomecánica, Anatomía, Neurociencia y Etnomusicología), un tipo de percusión corporal creado por el doctor en Musicología Javier Romero, un español que trabaja junto a neurólogos y otros especialistas, psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y profesores, entre otros.
“No se trata solo de moverse y aplaudir y cantar. Detrás de esto hay mucha investigación”, aseveró Romero durante su reciente visita a Costa Rica.
Y no se trata de cualquier tipo de estudios. Desde el 2001, Montero y su equipo han hecho cerca de 60 publicaciones en libros, así como en las siguientes revistas científicas: International Journal of Innovation and Research in Educational Sciences , Social and Behavioral Sciences y Journal of Human Sport and Exercise.
¿Cómo funciona? Antes de que una persona comience a trabajar con los ejercicios que propone el método BAPNE, se le hace una evaluación psicomotora y se determina si tiene algún tipo de daño neurológico o en su desarrollo cerebral. Estas pruebas se pueden efectuar a personas de todas las edades.
“Hay más de 600 tipos de ejercicios, todos con características diferentes y con propósitos diversos, que procuran mejorar funciones distintas del cerebro y los músculos”, manifestó Romero.
Para el especialista, el gran problema es que nuestro cerebro se ha vuelto perezoso. Por eso, lo ideal es hacer estos ejercicios una o dos veces por semana durante lapsos de una o dos horas.
“Nuestra mente entró en una zona de confort y hay que sacarla de ahí. Nuestros padres podían recordar números de hasta nueve cifras, nosotros no podemos ni cinco. Tenemos que conectar las diferentes partes de nuestro cerebro y ponerlas a trabajar en conjunto”, aseveró Romero.
“Los recuerdos pueden ser muy emocionales. Por ejemplo, no te acordarás de lo que estabas haciendo hace cinco años tres meses y dos días, pero sí de lo que estabas haciendo cuando los aviones impactaron las Torres Gemelas, y ha pasado más tiempo desde eso”, agregó.
Los ejercicios de BAPNE buscan entonces combinar la neuromotricidad (funciones del cerebro relacionadas con las actividades) y la neuropsicología (funciones relacionadas a los sentimientos). En algunos casos, su propósito es mejorar la memoria; en otros, la concentración; en otros más, la comunicación entre las neuronas. Pero todos buscan motivar valores y trabajo en equipo.
“Al principio, la gente se equivoca, es lo más normal. Si no hay error, no hay aprendizaje”, manifestó Romero.
En Costa Rica, varios profesionales ya se han capacitado en este método y la idea es formar más gente en un futuro. Si quiere comunicarse con ellos, puede hacerlo al correo bapnecostarica@gmail.com .