El farmacéutico costarricense Erick Bermúdez Méndez creó un método que sería clave para disminuir el tiempo que se tarda en hallar nuevos medicamentos en caso de que se diera una epidemia mortal de muy rápida propagación.
El costarricense trabajó con partículas llamadas nanoanticuerpos. Se trata de anticuerpos diminutos que miden hasta la décima parte de un anticuerpo normal pero también cumplen su función dentro del sistema inmunitario.
Se encuentran de manera natural en animales camélidos, como los camellos, dromedarios o llamas. Su pequeño tamaño les da propiedades que no se hallan en los anticuerpos de mayor tamaño y que los harían fundamentales en la obtención de nuevos medicamentos.
“Normalmente, mientras se estudia y se desarrolla una vacuna, o terapia contra un nuevo agente infeccioso, se tarda mucho. Por lo tanto, uno de los objetivos primordiales era establecer una nueva ruta para generar medicamentos”, expresó el profesional, quien por este método recibió el galardón Virology Goldbach MSc Thesis Prize 2018, que otorga la Universidad de Wageningen en Holanda.
Este reconocimiento se concede a quien realiza la tesis de maestría más sobresaliente en el campo de la virología.
¿En qué consiste el nuevo método para encontrar fármacos? Según explicó Bermúdez en una información difundida por la Universidad de Costa Rica (UCR), los nanoanticuerpos tienen la capacidad de neutralizar los virus altamente contagiosos. El tico creó compuestos de nanoanticuerpos, es decir, juntó más de un anticuerpo para así aumentar la respuesta contra los virus.
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Para unir varios nanoanticuerpos, el investigador utilizó proteínas llamadas supergomas bacterianas. Estas son relativamente nuevas para la ciencia, pues su estudio comenzó a desarrollarse en el 2012.
“Las supergomas bacterianas fueron diseñadas a partir de proteínas que se encuentran en ciertas bacterias, y como lo dice su nombre, tienen la propiedad de unir moléculas de manera muy estable. Básicamente, lo que se hizo fue unir dos nanoanticuerpos a una proteína de enlace mediante las supergomas. Como resultado, se obtiene un complejo cuyo potencial para neutralizar un virus es muchísimo mejor que si solo se utilizaran los nanoanticuerpos de forma individual”, resaltó Bermúdez.
Pero este no es el único poder que tienen las supergomas bacterianas, también destacan por su poder para realizar la síntesis de moléculas, vital para la obtención de cualquier medicamento.
"Por ejemplo, si yo tengo 100 moléculas candidatas, debo sintetizar cada una de ellas, purificarlas y luego evaluarlas. Hacer esto con 100 moléculas es mucho trabajo. Con las supergomas no tuvimos que sintetizar todos los complejos, solo un grupo de nanoanticuerpos que nos permitieron hacer todas las combinaciones posibles”, explicó el científico.
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Paso a paso
Para crear este nanoanticuerpo compuesto, Bermúdez usó un virus descubierto en el 2011 llamado Schmallenberg (SBV). Este microorganismo es causante de malformaciones congénitas y la muerte fetal en animales de producción como cabras, ovejas y vacas.
“Experimenté con un virus que es solo patogénico para los animales por una cuestión de seguridad. Al trabajar con el virus en un laboratorio, y si ocurre algún accidente, al investigador no le pasará nada porque no se puede contagiar. Entonces, tomamos este virus de modelo y demostramos que, al seguir los pasos del método propuesto, los complejos de nanoanticuerpos sí funcionan”, aclaró Bermúdez.
Las buenas noticias siguieron, pues poco tiempo después otro estudio de la misma universidad utilizó con éxito el método propuesto por el científico tico en una enfermedad que sí afecta a los seres humanos. Este mal se llama fiebre del Valle del Rift y es altamente mortal.
Se requirieron dosis muy bajas del compuesto de nanoanticuerpos para obtener una respuesta neutralizante del virus. Esto es una muy buena noticia, pues entre menos dosis sea requerida más potente y eficaz es la molécula.
Bermúdez estudió su maestría gracias a una beca proporcionada por la UCR y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt). A principios del año entrante volverá a esa misma universidad holandesa para comenzar su doctorado.