Una de las mayores interrogantes acerca de la vacuna contra la covid-19 es si esta no solo previene a las personas de enfermar gravemente, complicarse y morir, o de registrar síntomas, sino también si previene al vacunado de infectarse con el virus y con ello de la posibilidad de infectar a alguien más.
Un estudio realizado por el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) encontró, por primera vez, que la respuesta es afirmativa.
Las vacunas de Pfizer y BioNTech (producto utilizado en Costa Rica), así como las desarrolladas por la empresa Moderna, sí serían efectivas tanto para prevenir la enfermedad como para proteger a la persona, en un 90%, de contraer la infección, una vez recibidas las dos dosis.
Una sola dosis daría una protección del 80%.
“Estos hallazgos ofrecen esperanza a las millones de personas que se vacunan contra covid-19 cada día y para quienes tendrán la oportunidad de arrollarse sus mangas para recibirlas en las próximas semanas. Estas vacunas son una herramienta clave que ayudará a terminar esta devastadora pandemia”, señaló en un comunicado de prensa Rochelle Walensky, directora del CDC.
En Costa Rica, al miércoles anterior, 134.633 personas tenían el esquema de vacunación completo con la vacuna de las empresas Pfizer y BioNTech. Otras 78.771 esperan los 21 días para recibir la segunda dosis. Para Semana Santa se vacunarán cerca de 75.000.
Paso a paso
El estudio del CDC es en “la vida real”, es decir, no se basó en los ensayos clínicos realizados cuando la vacuna fue probada. Sus datos provienen de personas que fueron inoculadas como parte de las políticas de vacunación de salud pública.
Este hecho es particularmente importante. No es lo mismo medir las condiciones de un ensayo clínico a las de la vida real.
Durante un ensayo clínico las personas reciben seguimiento, se les coloca la vacuna experimental en las fechas correctas y se les compara con personas que no la recibieron.
En cambio, en “la vida real” las personas pueden tener miles de factores que les impidan inyectarse las dosis en las fechas exactas y no hay un monitoreo tan cercano. Sus datos son más fieles que los del ensayo clínico.
La investigación tomó en cuenta únicamente a las vacunas que funcionan con la tecnología de ARN mensajero (Pfizer y Moderna) y dejó por fuera a otras con otras tecnologías, como las de Johnson & Johnson o AstraZeneca.
Sin embargo, al analizar los datos encontraron que cinco personas habían recibido la vacuna de Johnson & Johnson, que es de una sola dosis.
Otro punto importante: las pesquisas fueron realizadas en trabajadores de la salud y de “primera respuesta”, los cuales, por su trabajo, pasan más tiempo en contacto con el virus y por ello es más fácil analizar la probabilidad de haber estado expuestos y no contagiarse del todo gracia a la vacuna.
Además, en estos individuos una infección sin síntomas sería problemática, pues podría ser diseminada a personas cuya salud es vulnerable.
Los investigadores tomaron en cuenta a 3.950 funcionarios de “primera línea de atención contra covid-19″ de ocho zonas de seis estados: Arizona, Florida, Minnesota, Oregon, Texas y Utah. Ninguno de ellos había sido diagnosticado anteriormente con la enfermedad.
De ellos, 2.961 personas recibieron su esquema completo (esto incluye a las cinco personas que recibieron la vacuna de Johnson & Johnson de una dosis), 475 recibieron un esquema incompleto. Otras 994 que no habían sido vacunadas fungieron como control.
Entre el 14 de diciembre de 2020 y el 13 de marzo de 2021 ellos monitorearon posibles síntomas de covid-19. Además, una vez por semana fueron sometidos a exámenes diagnósticos de PCR para determinar si habían contraído la infección pero no manifestaban síntomas.
Los resultados
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Al cabo de este tiempo, 205 personas (el 5,2%) fueron diagnosticadas con covid-19. De ellas, el 58% se determinaron por prueba de laboratorio y el 42% por síntomas registrados.
Tras hacer comparaciones se concluyó que se dieron 1,28 infecciones por cada 1.000 participantes que no habían sido vacunados del todo; hubo 0,19 por cada 1.000 participantes con el esquema incompleto y 0,04 infecciones en cada 1.000 personas con el esquema completo.
Esto arroja que ambas dosis protegen en un 90% de una infección sin síntomas y una sola lo hace en un 80%.
“Reducir el riesgo de transmitir la infección, algo que puede ocurrir cuando la persona no experimenta síntomas, es especialmente importante en personas de primera línea de atención, dado su contacto cercano frecuente con otras personas“, cita el reporte.
Las limitaciones
Los investigadores advierten de que estos son resultados preliminares que aún deben seguirse por más tiempo. Añaden, además, otras limitaciones y sugieren otro tipo de investigaciones para tener una mayor comprensión del impacto de la vacunación.
La primera recomendación es realizar este estudio en grupos con una mayor cantidad de participantes.
La segunda es realizar este mismo tipo de estudio con otras vacunas contra covid-19.
Los autores también hacen la salvedad de que las vacunas toman su tiempo en generar una respuesta inmune (se completa aproximadamente 14 días después de la segunda dosis), por lo que hay infecciones que pudieron darse antes de que la persona hubiera generado su inmunidad completa.
No obstante, los investigadores son enfáticos en que estos datos sí les permiten saber mucho de cómo las vacunas protegen.
“El análisis también destaca la necesidad de seguir las recomendaciones y la importancia, no solo de la vacunación, sino de que las personas completen sus dosis de las vacunas de ARNm”, concluye el documento.