El reloj de todos los adolescentes tiene el horario alterado. Según Diego Golombek, biólogo e investigador del laboratorio de cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), su minutero interno va a otro ritmo que el de los adultos.
“Los adolescentes son chicos búhos, les resulta natural hacer todo tarde. Uno piensa que es meramente cultural. Y, claro, que estén chateando con sus amigos tan tarde, que salgan a bailar a la madrugada, es cultural, pero se monta según una necesidad biológica. Les resulta saludable hacer las cosas un poco más tarde”, dijo Golombek, divulgador científico y ganador de un Ig Nobel (premio de la Universidad de Harvard a investigaciones que, "primero, te hacen reír y, luego, pensar), en entrevista con El Mercurio.
Pero uno de los problemas, agregó, es que la educación secundaria tiene un horario que no se ajusta a sus necesidades. “Y los chicos están literalmente dormidos en las primeras horas”.
Todas las personas, indicó, suelen vivir con un " jet lag social", es decir, hay una diferencia entre la hora en la que deben despertar por su trabajo o estudios, y la hora en la que quisieran hacerlo. “Pero en los adolescentes este jet lag social es de varias horas”
La buena noticia es que existe una solución: “Hay pruebas piloto muy interesantes que demuestran que si se retrasa un poco el horario escolar, media hora o una hora, los chicos se enferman menos, faltan menos y las notas son mejores. Por lo cual es algo a tener en cuenta”.
¿Por qué son diferentes?
¿Qué cambia en los adolescentes que los hace variar su reloj biológico
“Este reloj biológico es cerebral, está en el hipotálamo, muy profundamente en el cerebro. Se pone en hora por la luz, por estímulos, pero también, estando en el cerebro, está sujeto a todo lo que le pasa al cuerpo, las hormonas, las estimulaciones, etcétera. A partir de la pubertad, no solo en los humanos, también en otros mamíferos, el reloj biológico sufre un retraso, quizás por un cambio hormonal, no lo sabemos”, afirmó Golombek.
Según él, recién cerca de los 21 años el reloj biológico comienza a volver a ponerse en horario, pero en la tercera edad volverá a cambiar, y hará que las personas se despierten más temprano.
¿Es posible recuperar la falta de sueño? “Si es agudo (cuando ocurre de forma aislada), dormir poco puede recuperarse con una siesta o durmiendo más el fin de semana. Pero si se vuelve crónico, como en la sociedad contemporánea, que duerme entre una y dos horas menos que hace 50 y 100 años, es grave porque no recuperamos ese sueño. Esa es una deuda que después se termina pagando en salud”, recalcó el experto.
La falta de sueño se ha relacionado con distintas enfermedades, además de problemas de sobrepeso y obesidad. “Es que dormir es tan esencial, que si uno priva a un animal de sueño se muere, igual que si no comiera”, concluyó.