Sí, es posible infectarse una segunda vez con el virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19. Ya se han confirmado 22 casos en el último mes y medio. Sin embargo, aún se desconocen los mecanismos por los cuáles ocurre y por qué hay personas en las que esto sí sucede y otras no.
Este tema fue tratado, la mañana de este viernes, durante la conferencia de prensa de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Estas son preguntas que discutimos con nuestra red internacional todos los días”, admitió Maria Van Kerkhove, jefa técnica de covid-19 de la OMS.
“Tenemos un grupo específico trabajando exclusivamente en este tema, porque tenemos muchas preguntas”, agregó.
La especialista recalcó que en este momento solo se tienen unos reportes de casos específicos en algunos países, aún no hay una estimación de qué sucede a niveles de población.
“Queremos entender cómo fue la respuesta inmune. ¿Cómo estuvo el desarrollo de anticuerpos después de la primera infección y cómo estaba en el momento de la segunda infección? ¿Hubo una reducción de los anticuerpos? ¿Por qué sucedió? No lo sabemos, aún lo estamos estudiando”, expresó Van Kerkhove.
¿Cómo se sabe que hay una segunda infección?
La pregunta es clave. La respuesta sencilla es: se hicieron análisis genómicos (de la totalidad de la genética del virus) de los virus causantes de la primera y la segunda infección en cada persona que mostró dos pruebas positivas en ocasiones diferentes.
Los resultados del genoma muestran cambios en los genes, es decir, evidencian características que confirman que en ambos casos se trata de SARS-CoV-2, pero los cambios genéticos son tan grandes que el individuo fue infectado por variantes distintas, y por ende, en diferentes ocasiones.
¿Cuán común es reinfectarse? En 36,67 millones de casos de covid-19 hasta el momento en el mundo solo hay registro oficial de 22 casos en siete países: Bélgica, Catar, Estados Unidos, India, Ecuador, Holanda, y Hong Kong.
Sin embargo, esto es así porque son los únicos que han realizado análisis detallados del genoma del SARS-Cov.-2 en ambas ocasiones y los han comparado.
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¿Qué se sabe del comportamiento de las reinfecciones?
La primera reinfección documentada se reportó el pasado 24 de agosto en un hombre de Hong Kong.
Ninguna de las 22 personas ha fallecido y ya todas están recuperadas por segunda vez. Se trata de 15 hombres, cinco mujeres y dos personas cuyo sexo no trascendió.
La segunda infección ha surgido, en promedio, 69 días después que la primera, con un intervalo de entre 13 y 143 días.
El 75% de los pacientes tuvo síntomas la primera vez, el 81% los tuvo en la segunda. En seis casos (27,3%), el segundo contagio generó síntomas más graves.
La velocidad con la que aparecen los nuevos reportes de infección no implica que esta sea más o menos común que antes, sino que ahora los profesionales de la salud y científicos son más conscientes de la posibilidad y, por eso, se ponen a buscarla.
Hasta el momento, América Latina solo registra un caso documentado de reinfección. Se reportó el 30 de agosto, en un ecuatoriano de 46 años. En mayo, el hombre tuvo su primer contagio con síntomas leves: dolor de cabeza, cansancio y fiebre.
El 15 de agosto volvió a salir positivo. Esta segunda vez, aunque no requirió hospitalización, tuvo sintomatología más fuerte: fiebre, dolor en el pecho, tos, dolor de garganta y dificultad respiratoria leve.
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Respuesta inmunitaria: la clave para entender
Nuestro sistema inmunitario tiene un rol trascendental en lo que puede suceder en una reinfección. El asunto, según Van Kerkhove, es que aún es muy pronto para saber a qué nivel y durante cuánto tiempo.
Cada vez que nos enfermamos o nos exponemos a un virus, bacteria, hongo o parásito, nuestro cuerpo genera una forma de reconocerlo posteriormente. A esto se le llama memoria inmunitaria.
Mientras el organismo combatió la infección, generó células de defensa y sustancias llamadas anticuerpos que no mueren con la enfermedad. En algunos padecimientos (por ejemplo, el sarampión), esta inmunidad natural se mantiene de por vida.
En otras enfermedades no es así, y los anticuerpos y células de defensa se mantienen durante cierto periodo y, por eso, es posible enfermar otra vez (o necesitamos un refuerzo de vacunación cada cierto tiempo, como sucede con el tétanos).
También hay casos, como la influenza, en que el virus muta tanto que nuestro sistema crea defensas, pero al año siguiente el virus que circula es distinto y estamos susceptibles. Por esta razón, nos vacunamos contra la influenza cada año.
Van Kerkhove indica que se están estudiando dos cosas en particular en personas que ya se han recuperado de la enfermedad, pero recalca que aún llevamos tan poco tiempo de convivir con el virus que es muy pronto para saberlo.
Los investigadores están buscando dos cosas en particular: los anticuerpos generados en el virus, y el comportamiento de células de defensa llamados linfocitos T.
Los anticuerpos más importantes son los llamados neutralizantes, que, como su nombre lo indica, neutralizarían la acción del virus en el cuerpo de la persona.
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Así ataca nuestro sistema inmunitario
La forma en la que responden nuestras defensas y el tipo de patógeno son determinantes en saber por cuánto tiempo estaremos protegidos contra la enfermedad.
FUENTE: EUGENIA CORRALES-AGUILAR, VIRÓLOGA; ÁLVARO AVILÉS, INFECTÓLOGO, OMS, CDC. w. s. INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
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“Lo que entendemos hasta el momento es que los individuos con SARS-CoV-2 sí desarrollan una respuesta inmune. Esto se ve en personas que han tenido enfermedad leve, moderada o grave, incluso en quienes han sido asintomáticos”, puntualizó Van Kerkhove.
“Lo que estamos tratando de entender mejor es cuán fuerte es esa respuesta inmune y durante cuánto tiempo permanece en nosotros. Hay varios estudios siguiendo esto, pero aún están en desarrollo”, añadió.
Dentro de los estudios que se realizan, el llamado “estándar de oro” son los llamados longitudinales, que les da seguimiento a través del tiempo a personas que ya se han recuperado y les toman muestras cada cierto tiempo para ver si tienen anticuerpos contra el virus o células T activadas contra ese patógeno.
“En algunos estudios vemos que esta respuesta se mantiene fuerte tres, cuatro o cinco meses después de la infección. En otros estudios se ve que hay una leve baja”, manifestó la especialista.
Aún no hay una respuesta completa o definitiva ante esta situación.
No obstante, Van Kerkhove señala que, por lo que han dicho estudios con otros tipos de coronavirus, sí llega un momento en el que los anticuerpos “se limpian”. Es por eso que las personas no pueden bajar la guardia.
“Debemos seguirnos protegiendo: usar la mascarilla cuando es necesario, mantener dos metros de distancia con las otras personas, lavarnos las manos. Seguir haciendo todo lo necesario como si no nos hubiéramos infectado, hacer todo lo que hacíamos antes para evitar una infección y evitar infectar a los demás”, concluyó.
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