El proyecto de la ciclovía, que va desde Montes de Oca hasta La Sabana, continúa modernizándose con el fin de promover la utilización de este espacio vial y normalizar el uso de las bicicletas como un medio alternativo para la movilidad de las personas.
Para la Municipalidad de San José, la inauguración que se hizo el pasado 5 de abril del carril exclusivo de 13 kilómetros de distancia, no representa el final del proyecto, sino más bien, un inicio que se ha venido complementando, en los meses posteriores, con la incorporación de otros elementos.
Una de las iniciativas que está en marcha por parte del municipio capitalino, es ofrecer una opción para que las personas que se trasladan hasta San José, no deban llevar la bicicleta desde la casa, sino más bien, acceder a este vehículo por medio de un sistema de alquiler automatizado.
“En esto hemos estado viendo qué hay en el mercado, qué diferentes negocios se han implementado, ver de cerca lo que se ha trabajado en Cartago”, dijo Marco Vinicio Corrales, gerente de Provisión de Servicios de la Municipalidad de San José y responsable del proyecto de la ciclovía por ese ayuntamiento.
La Vieja Metrópoli cuenta con su propio programa para el préstamo de bicicletas, gratuito. Este puede ser utilizado por personas mayores de edad, ya que se exige la presentación de la cédula para poder obtener alguno de los vehículos, en una de las tres estaciones que se ubican alrededor de la ciudad: en la estación del ferrocarril, el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR) y el Colegio Universitario de Cartago (CUC).
Los usuarios pueden aprovechar el servicio durante el día, siempre y cuando renueven la solicitud cada hora en cualquiera de las tres estaciones, las cuales están interconectadas. Los horarios de préstamo son: de lunes a viernes de 6:30 a. m. a 5:30 p. m., sábados de 6:30 a. m. a 4 p. m. y domingos de 8 a. m. a 12 mediodía.
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El funcionario señaló que la Municipalidad josefina, ha conocido las propuestas de al menos cuatro empresas que manejan diferentes sistemas, pero todas encaminadas a la oferta de un mecanismo de alquiler de bicicletas que podría hacerse realidad muy pronto.
“En este momento tenemos muy adelantado con Racsa un convenio que está en proceso de análisis jurídico y si nos dan el aval posiblemente lo lleguemos a firmar muy pronto, por medio del cual dos instituciones públicas, daríamos la unión necesaria para que se pueda dar, en el centro de San José, un sistema cómodo de alquiler de bicicletas”, explicó.
La idea es que las bicicletas se puedan tomar en algún punto específico y que, “por medio de tarjeta o llamada telefónica”, se active automáticamente un sistema que libere el vehículo para habilitar su uso.
Eso sí, de acuerdo con Corrales, este tipo de proyectos tienen costos muy elevados, cercanos al $1 millón, “para hablar de una cifra conservadora”. Sin embargo, la institución espera tener para el año entrante todo muy bien definido y anunciar el inicio de lo que sería el uso de los alquileres de bicicletas.
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Lo ideal también sería que se pueda implementar en toda la ciclovía, pero eso también requiere que la Municipalidad de Montes de Oca se sume al sistema, y que ojalá otros cantones hagan lo mismo.
Mientras tanto, el municipio se mantiene trabajando en remozar la ciclovía, para ofrecer mayores atractivos a los usuarios, como la colocación de parqueos para las bicicletas,
“Ya llevamos como alrededor de 60 y la idea es terminar con unos 130-140 para el año entrante, en diferentes instalaciones, inicialmente municipales y otras instituciones”.
“También tenemos en mente la ampliación de la ciclovía a otros ejes importantes, que nos permita incorporar elementos que sean llamativos para las personas, como por ejemplo la estación del ferrocarril al Pacífico, conectarnos a la ciclovía que se construyó en Hatillo hace muchos años, etcétera”, añadió.
Potencial urbano
La empresa SGSV, es una de las que ha mantenido acercamientos con la Municipalidad de San José, además de otros ayuntamientos, tanto dentro como fuera del Gran Área Metropolitana, y con el sector privado. La compañía es la representante para Costa Rica y Centroamérica de la firma canadiense PBSC, una de las líderes en el mercado mundial de sistemas de bicicletas públicas compartidas.
Actualmente brinda el servicio a 35 ciudades, alrededor del mundo, como Buenos Aires, Argentina; Río de Janeiro, Sao Paulo y Porto Alegre, en Brasil.
“La razón por la cual nosotros estamos trabajando y promocionando el sistema en San José, tomó más fuerza a partir de la inauguración de la ciclovía. Nos da un espacio para que el usuario pueda utilizarla, complementándolo con un sistema de bicicletas públicas compartidas”, explicó André Bermúdez, gerente de proyectos de SGSV.
De acuerdo con el vocero, el fabricante de este sistema, tiene grandes expectativas de que Costa Rica sea parte de la red, debido a la imagen que proyecta de ser “un país verde, donde hay una conciencia para proteger el medio ambiente”.
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La propuesta de la compañía comprende una estación inteligente, con un mecanismo de punto de anclaje, esto significa, que una vez que se acopla el vehículo, queda asegurado y bloqueado, de manera automática.
Para que el usuario pueda habilitar la bicicleta para su uso, deberá afiliarse al sistema por medio de una membresía, que le dará una clave personal, la cual debe ingresar en el quiosco, que se ubica en la estación, seleccionar el número de la bicicleta y así esta será liberada.
La empresa afirma tener una proyección para el país de 400 estaciones en espacios públicos, que son los que han estado analizando con la Municipalidad de San José. Estos se complementarían con otras 600 estaciones, que se ubicarían en sitios privados como centros comerciales, universidades, comercios y otras instituciones.
Con respecto al costo que tendría la membresía, Bermúdez indicó que este se calcula según el costo del pasaje del transporte urbano, que depende de la ciudad, una vez que se obtiene esta cifra, se hace un estimado de un total de pasajes, con respecto a otros medios de transporte o alternativas, que el ciudadano puede reemplazar con la bicicleta.
“Nosotros tenemos en San José un estimado de referencia que podría rondar de los ¢ 4.000 a los ¢5.000 colones, que eso sería un costo de membresía mensual, le da al ciudadano de usar el servicio de forma ilimitada, donde cada viaje tiene que ser menor de 60 minutos, para que así se tenga una rotatividad que permita que otros usuarios tengan también opción”, señaló.
SGSV pretende que este sistema tenga presencia en las zonas turísticas del país, para aliviar los problemas de transporte que se presentan en esos sitios durante la temporada alta. Para ello han estado conversando con algunas asociaciones de desarrollo y municipios interesados en conocer el mecanismo para mitigar la problemática que enfrenta por la masiva llegada de visitantes.
“En la temporada alta hay un caos vial, no hay cómo transitar, donde estacionarse, mucha gente decide mejor dejar el carro y caminar, la velocidad de cualquier sistema de transporte se vuelve más lento”, aseguró.
Beneficios sociales
No hacen ruido, no generan contaminación, no dañan la infraestructura y permiten a las personas tener un estilo de vida más activo, mejorando su salud; estos son algunos de los beneficios que ofrecen las bicicletas a las ciudades y sus habitantes, según Pablo Castro, director del Centro Para la Sostenibilidad Urbana (CPSU).
A su criterio, el costo generado por el impacto de los vehículos, muchas veces se transfiere y no siempre es pagado por los mismos usuarios de los automotores.
“Los carros generan muchísimo impacto en el área de salud, y el costo de esto se transfiere a la seguridad social, en la parte de competitividad por las presas, se pasa al sector productivo y toda la población", aseguró.
Además, considera que las bicicletas son un medio de transporte mucho más inclusivo, ya que las personas con ingresos económicos reducidos, pueden tener mayores facilidades para conseguirlas.
Otro elemento que destaca es que cuando una importante porción de la población las utiliza de forma cotidiana, las ciudades se vuelven más resilientes a diversos escenarios.
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“Por ejemplo, después de terremotos, como en el caso de México, muchísima gente ya se transportaba en bicicleta, incluso luego para ayudar, porque las vías en muchos casos estaban cerradas para vehículos más grandes. También, en el caso de crisis por desabastecimiento por combustible”.
Para Castro, “nuestro país invita a usar la bicicleta”, ya que no cuenta con climas extremos, además, indicó que ya existe un importante grupo de personas que practican el ciclismo deportivo, por lo que solamente se requeriría hacerles ver que la bicicleta puede ser un transporte válido, no solo para disfrutar en el tiempo de ocio, sino también para el día a día.