Tres figuras reconocidas en Costa Rica y dos ambientalistas se apuntaron a nuestro #PlásticoChallengeLN, el desafío que diseñamos en este reportaje especial: 26 soluciones al plástico de un solo uso. El experimento ayuda a tomar consciencia y buscar soluciones para la contaminación de los plásticos innecesarios que consumimos.
Los participantes del desafío fueron:
Johanna Solano, Miss Costa Rica 2011 y atleta de triatlón.
Greivin Morgan, modelo, bailarín y empresario.
Doris Goldgewicht, chef, empresaria, psicóloga y buceadora.
Ellian Villalobos, ambientalista, fundador del movimiento Green Wolf CR.
Lily Cabezas, ambientalista, cofundadora de la fundación Green Heart.
Las reglas del juego son sencillas:
1-Guardar todos los plásticos de un solo uso que se utilicen de lunes a domingo.
2-El último día, lavarlos, separarlos, acomodarlos, y tomarles una fotografía desde arriba (en picada).
3-La imagen servirá como recuerdo fotográfico de cuántos plásticos de un único uso utilizamos en una semana. A partir de la foto, contamos los plásticos y hacemos una proyección anual de cuántos plásticos de este tipo se usan en 365 días.
4-Buscar soluciones para reducir el consumo de los plásticos que son innecesarios y también para aprender cómo reciclar bien y salir ganando.
No hace falta que Greta Thunberg nos haga un exposé sobre los problemas de la contaminación por el plástico, para saber que el asunto es serio. En 60 años de producción y uso masivo de este material, los humanos hemos generado unas 8.300 millones de toneladas métricas de plásticos, según Naciones Unidas. Y el 91% no se ha reciclado.
Seamos claros: por ahora no existe una solución real a la contaminación de los plásticos. Sobre todo porque no dejamos de usarlos. Y tiene sentido: son un invento que vino a ayudarnos en los años 50, y no se vale ‘criminalizar’ todos los plásticos. Pero sí debemos reconocer que algunos son innecesarios y que podríamos retirarlos o disminuirlos de nuestra vida diaria. Por ejemplo las pajillas, los cubiertos desechables, las botellas desechables, etcétera.
En este reportaje especial de SolucionesLN ofrecemos 26 soluciones a plásticos de un solo uso. Son alternativas personales, para empresas y para legisladores, pero son soluciones que ayudan a reducir el problema; no a erradicarlo.
Así le fue a nuestros participantes en el #PlásticoChallengeLN:
Johanna Solano: 10 plásticos de un solo uso en 7 días. Proyección anual: 520
Solano es atleta de triatlón y entrena mucho en la calle. De los 10 plásticos de un uso que utilizó, la mitad eran de botellas que ella lleva en el bolso cuando sale a correr.
“Es mucho más fácil agarrar una botella de hidratante o de proteína y echarla en el bolso”, explica Johanna. “Es lo funcional en cuestión de tiempo, pero no es lo más funcional desde luego para el ambiente”.
Para ella, la experiencia del #PlásticoChallengeLN fue “enriquecedora” y la hizo reflexionar sobre sus hábitos de consumo.
“Uno quizás podría reconsiderar y hacerse uno sus propios batidos de proteína y echarlos en botellas de vidrio”, sugirió la deportista. “El hecho de guardarlos (los plásticos) me hizo sentir un poco culpable. Nunca había tenido que hacerlo”.
Como soluciones, Johanna Solano considera que preparar uno mismo su propia comida y bebidas, y transportarlos en recipientes reutilizables, pueden ser una buena solución a los plásticos de un solo uso en los que compramos alimentos.
Greivin Morgan: 35 plásticos de un solo uso en 7 días. Proyección anual: 1.820
“Me quedé impresionado durante estos 7 días de la cantidad de plásticos que utilicé. Hay que hacer algo, porque es demasiado”, nos relató Greivin al entregarnos su bolsa de plásticos.
Como solución, él ha dejado de pedir pajillas en restaurantes, pero cree que la mejor opción para disminuir este problema es el reciclaje. La experiencia le resultó muy útil.
“Realmente me sentí súper bien con el desafío. Te hace crear conciencia de la cantidad de plásticos (de un solo uso) que uno utiliza a todo lugar donde uno va. Te dan bolsas, botellas de plástico. Eso contamina muchísimo”.
Doris Goldgewicht: 31 plásticos de un solo uso en 7 días. Proyección anual: 1.612
Sobre el problema de la contaminación, Doris culpa a su generación. Y cree que a los jóvenes les toca salvar el mundo que la misma humanidad ha deteriorado en las últimas décadas. Pero ella está dispuesta a aportar su grano de arena en la faena.
“Mi generación fue la que echó a perder el medio ambiente. Porque ¿qué nos enseñaban en la escuela? Que el agua es un recurso inagotable. El aire es un recurso inagotable. A esta generación que viene le toca cambiar el mundo. Y yo voy a ayudar en lo que pueda”, dice.
Durante el desafío, a ella le costó un poco pensar en guardar las bolsitas de galletas, pues cuando piensa en plásticos de un solo uso generalmente lo que viene a su cabeza son las botellas y las bolsas.
“Las bolsitas pequeñas no las reciclo. Con el experimento tuve un poquito más de consciencia”, nos dijo. “Fue cómodo hacer el desafío porque tengo un basurero doble donde pongo lo que es desecho y lo que es reciclable. Los martes se casa una bolsa transparente y se la lleva un camión de reciclaje”.
Como soluciones a los plásticos de un solo uso, Doris asegura que ella no bebe agua de botella. Toma del grifo y se sirve en vasos y picheles.
Ellian Villalobos: 2 plásticos de un solo uso en 7 días. Proyección anual: 104*
*Sus únicos dos plásticos: una botella de enjuague bucal y una caja emplasticada de pasta dental, son productos que no se compran cada semana pero cuyo uso se terminó durante la semana del desafío.
“En mi caso, como soy ambientalista, he entrado en un punto de rechazo o de utilizar lo menos posible de plásticos”, explicó Ellian.
A pesar de su rechazo, reconoce que hay algunos productos que solo tienen un tipo de presentación en el mercado, y ahí sí no queda más que optar por el plástico. Es el caso de los dos ejemplos que acumuló durante el desafío.
Entre las soluciones replicables que usa, está el beber prácticamente solo agua, y beberla del grifo.
“He reducido el consumo de refrescos. Vivimos en uno de los únicos países de América Latina donde se puede beber agua del grifo, entonces debemos aprovecharlo”.
Tampoco compra comida en empaques ‘express’, como tortillas saborizadas o galletas. Y cuando pide café, que le encanta, siempre lleva una taza o un termo y pide que le sirvan en su recipiente reutilizable.
Lily Cabezas: 1 plástico de un solo uso en 7 días. Proyección anual: 52*
*Su único plástico, una bolsa para proteger una mercancía que vino de otro país, es un producto que no se compra cada semana pero cuyo uso se terminó durante la semana del desafío.
Lily también es ambientalista y desde hace dos años lleva un estilo de vida “cero residuos”. ¿Es esto posible en 2019? Ella nos explica cómo lo logra.
“Implica ser consciente de tus hábitos de consumo, amarte tu kit en contra de la generación de residuos. Por ejemplo yo tengo mi taza, mi botella reutilizable, mi plato, mis propios cubiertos, he aprendido a hacer mi propio desodorante, pasta de dientes y más”.
Ella tomó esta decisión tras participar en voluntariados de limpieza de mares, ríos y zonas urbanas. Estas experiencias le dieron una noción de cuántos residuos plásticos generamos y la motivó a reorientar su estilo de vida.
Ecoins y el valor de los residuos
Tras cumplir con el #PlásticoChallengeLN, visitamos el plantel de la Municipalidad de Montes de Oca, en Sabanilla. Ahí nos esperaba Gustavo Paz, de Ecoins (antes Ecolones), una iniciativa a través de la cual se intercambian residuos por ‘ecoins’ (moneda verde).
Uno crea un perfil en 2-3 minutos a través del sitio web y en el centro de acopio el personal que recibe los residuos los cuenta y los cambia por ‘ecoins’.
Esta moneda virtual se traduce después en descuentos de productos y servicios en las diversas empresas que cooperan con Ecoins y están en su catálogo. Son restaurantes, hoteles, centros de belleza, entre otros.
Johanna Solano no conocía la iniciativa Ecoins, pero la propuesta le encantó. Ella sumó 70 ecoins y abrió su cuenta en unos pocos segundos.
En este enlace se puede ver el catálogo de bienes y servicios que aceptan ‘ecoins’ como moneda de cambio.