
El cometa interestelar 3I/ATLAS captó la atención de la comunidad científica mundial por su tamaño colosal y por comportamientos que no encajan con lo conocido hasta ahora. Un investigador de la Universidad de Harvard propuso que podría tratarse de una nave espacial de origen alienígena.
El astrofísico Avi Loeb indicó que este objeto sería por lo menos un millón de veces más masivo que el visitante ʻOumuamua, observado en 2017.
Loeb afirmó que este tamaño no se ajusta a las probabilidades físicas del material disponible en el espacio interestelar y planteó que los supuestos “juegos de propulsión” observados podrían tener origen tecnológico.
El cometa 3I/ATLAS se acercará a la Tierra el próximo viernes 19 de diciembre. La Agencia Espacial Europea (ESA), mediante su misión Juice (Jupiter Icy Moons Explorer), analizará el objeto entre el 2 y el 25 de noviembre de 2025.
Loeb aseguró que 3I/ATLAS posee una masa estimada de más de 50.000 millones de toneladas, lo que representa una diferencia abismal frente a los objetos previamente detectados.

Además, sugirió que si los chorros de gas que emite fueran en realidad propulsores artificiales, la pérdida de masa sería mucho menor gracias a tecnologías que superan ampliamente los mecanismos naturales de los cometas.
Indicó que los propulsores químicos, como los usados en cohetes, expulsan gases a velocidades de entre 3 y 5 kilómetros por segundo. Por su parte, los propulsores iónicos alcanzarían entre 10 y 50 kilómetros por segundo. En ese sentido, tecnologías extraterrestres podrían operar a velocidades aún mayores, lo cual reduciría el consumo de combustible por debajo del 1% de la masa total del objeto.
Imágenes recientes captadas desde Japón mostraron lo que algunas personas interpretaron como una estructura gigante cercana al cometa, lo que también despertó nuevas teorías de conspiración. Entre ellas, se especula que la NASA habría reforzado en secreto su sistema de defensa planetaria.
Además, Loeb, quien lidera el Proyecto Galileo de Harvard, identificó al menos 10 características que indicarían que el objeto no se comporta como un cometa natural.
Por otro lado, el Observatorio Neil Gehrels Swift de la NASA detectó hidroxilo (OH) en el 3I/ATLAS, una señal química que evidencia la presencia de agua. El hallazgo sugiere que este cuerpo proviene de un sistema planetario distinto al nuestro, lo que refuerza el misterio sobre su verdadera naturaleza.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
