Pudo haber sido una tarde cualquiera si no fuera porque, a eso de las 4 p. m., un nido de tortuga lora eclosionó en playa Montezuma, en península de Nicoya.
La bióloga María Galbarro se hizo acompañar de cinco voluntarios para ayudar a los 59 neonatos a llegar hasta el mar.
Empezaron a liberarlos a ocho metros del agua. Una a una, las tortuguitas caminaron por la arena, siguieron su instinto.
“El recorrido es importante para que tomen las referencias geoespaciales para que, si son hembras, vuelvan a anidar a su playa de origen”, explicó Galbarro.
Esta liberación de neonatos forma parte del proyecto de conservación de tortugas marinas que ejecuta la Asociación de Voluntarios para el Servicio en Áreas Protegidas (ASVO) desde hace dos años.
Para ello, ASVO cuenta con un permiso de investigación expedido por el Ministerio de Ambiente (Minae). Ese permiso les permite tomar datos y marcar a las hembras que anidan, así como reubicar los nidos en un vivero y vigilarlos hasta su nacimiento.
Sara Ousley es estadounidense y ese era su primer día como voluntaria de ASVO. “Fue hermoso ver nacer a las tortuguitas y cómo iban adquiriendo fuerzas. En la noche iré a patrullar para tratar de salvar más nidos”, dijo Ousley.
Las patrullas se realizan entre mareas, demoran entre tres y cuatro horas recorriendo el kilómetro de playa. Suelen realizar unos cuatro recorridos por noche.
Aparte de tortuga lora ( Lepidochelys olivacea ), a esta playa también llegan baula ( Dermochelys coriacea ), negra ( Chelonia agassizii ) y carey ( Eretmochelys imbricata ).
“Tratamos de trasladar todos los nidos al vivero para protegerlos de los depredadores naturales como de gente que viene a tomar los huevos que, aunque no hay mucho huevero, sí hay un par de personas que si se deja un nido descuidado pues lo toman para comérselo”, dijo la bióloga de ASVO.
A la fecha, y tomando en cuenta que la temporada de anidación inició en junio, se liberaron 15 nidos.
Según Galbarro, tienen 16 nidos en el vivero aunque este tiene capacidad de albergar unos 73.
“Este proyecto es tan importante, uno puede ver cientos de vidas nacer al día y ayudarles a que lleguen al agua es maravilloso”, comentó la voluntaria Mya Wollf.