Las empresas no consiguen a los profesionales que buscan. Reclaman escasez de habilidades: quieren personas con dominio en análisis de negocios, inteligencia digital, pensamiento crítico para la toma de decisiones, habilidades de comunicación, dominio de cómputo en la nube y razonamiento analítico. Mientras tanto, el sistema educativo sigue empeñado en recetar contenidos para memorizar y aprobar exámenes.
Pese a que América Latina invierte, en promedio, un 5% del Producto Interno Bruto (PIB) en educación, el 70% de los estudiantes de Primaria que, hoy asiste a las aulas, no alcanza ni el nivel mínimo en habilidades matemáticas, su comprensión lectora es pobre y su pensamiento crítico escaso. Estas debilidades se asocian con el pronóstico que hace el Banco Interamericano de Desarrollo: para el 2030 más de la mitad de los jóvenes no tendrá las competencias necesarias para prosperar en un trabajo.
Según la encuesta SHRM 2019 State of the Workplace, 83% de los empleadores encuestados han tenido problemas para contratar candidatos adecuados en los últimos 12 meses, y la mitad de ellos comentaron que la escasez de habilidades ha empeorado en los últimos dos años.
Estos datos son suficientes para encender las alarmas de los sistemas educativos y procurar un cambio de timón sobre el quehacer en las aulas. La pandemia aceleró la digitalización y es urgente empatar educación con las demandas del mercado laboral. Para ello, nuevos contenidos y nuevas prácticas son más que urgentes desde la primaria hasta la educación superior.
Los ejercicios didácticos en las aulas deben ir orientados a despertar creatividad, innovación, capacidad de análisis, pensamiento crítico, razonamiento matemático y la inteligencia digital (eso no incluye enviar y recibir memes por WhatsApp), sin descuidar habilidades básicas como la inteligencia emocional, capacidad de trabajo en equipo, comprensión lectora y la comunicación.
La escuela, el colegio y la universidad deben ser capaces de adaptarse a los contextos que les rodean y de crear las condiciones necesarias para que niñas, niños y jóvenes quieran aprender y de romper moldes anticuados, no adecuados a las necesidades este siglo. La pandemia nos impone un modelo híbrido (virtual-presencial) que deberá ir acompañado de nuevos contenidos y herramientas que potencien las habilidades que demandan las empresas de esta década.
Para conseguir más y mejores oportunidades en esta década, los profesionales deben prepararse en habilidades como blockchain, cómputo en la nube, razonamiento analítico, inteligencia digital, diseño de UX (Interfaz de Usuario), análisis de negocios, Todas ellas son algunas de las habilidades que más necesitan las empresas en el 2020, según LinkedIn.
Los aprendizajes de hoy deben ser capaces de romper el modelo conductista de educación industrial, donde lo que importa es la calificación de cero a cien. Hoy, la educación debe aventurarse a nuevas prácticas creativas que transformen las aulas en laboratorios de co-creación de ideas, integrando nuevas tecnologías, con el propósito de formar individuos capaces de tomar decisiones a partir del análisis y la criticidad, y apoyados en herramientas digitales.
¿La clave es educar con más tecnología? Soy partidario de que la tecnología es solo un medio, nunca el fin. Una computadora con buena conexión a Internet es útil en la medida en que se convierta en herramienta para la creatividad, el análisis y la construcción de soluciones colectivas.
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