Jonathan McDonald siempre se definió como un aficionado de Liga Deportiva Alajuelense que gozó del gran privilegio de entrar a la cancha a sudar la camisa del equipo de sus amores.
De niño se sentaba en las graderías a observar los partidos de los rojinegros, en compañía de su papá, don Jasper, como hoy lo hace su hermanito Maykell, de 9 años.
En aquel momento Mac echaba a volar la imaginación y ahí se tejían sus metas, añorando ser uno de los futbolistas que dejara su huella en el club.
No quería ser uno más del montón y este viernes se marchó a Catar, para alcanzar otro sueño, porque una de sus tareas pendientes era volver a ser legionario.
McDonald se fue de Alajuelense siendo el segundo goleador histórico del equipo con 113 anotaciones en partidos de campeonato nacional, cifra conseguida en 211 juegos, según los datos del periodista y estadígrafo Christian Sandoval. Y en esos encuentros, aparte de sus propias conquistas, también registró 27 asistencias.
Aunque torneo tras torneo siempre preguntaban por él, el melenudo atacante no cambiaba su discurso, ni tomaba decisiones apresuradas.
Pretendía que si se iba de la Liga, el equipo se viera beneficiado en el plano económico, porque para él, Alajuelense se lo ha dado todo y quería ser agradecido.
A punta de golpes maduró. También tuvo la paciencia para alcanzar más metas propuestas.
No fue al Mundial de Rusia 2018 porque sus goles no eran prioridad para Óscar Ramírez. Ahí no privó el rendimiento ni la efectividad.
Pero justo después de esa cita mundialista, sin el Macho, las puertas de la Selección Nacional se abrieron de nuevo para McDonald.
Sus goles, su carácter, su temperamento y su fútbol le agradaron a Gustavo Matosas. Y después de todo ese trabajo por volverse a ver con el uniforme de la Tricolor, fue un objetivo alcanzado por el ariete.
Después del amistoso de la Sele en Estados Unidos, McDonald retornó a la Liga.
“De vuelta a casa”, posteó el lunes en su Instagram, sin imaginar lo que le tenía deparado el destino.
El martes, estaba dentro de la formación estelar con la que Alajuelense visitaría a Grecia en el Colleya Fonseca y el miércoles, el día del juego, en plena concentración se dio la negociación. Ahí fue donde tomó la decisión de darle el sí al equipo Al Ahli de Catar.
“Hubo un interés, me enteré a las 2:30 p. m., hablé con mi esposa (Andrea Duarte), con mi papá (Jasper McDonald), mi mamá (Ana Porras), a ver qué hacíamos, hablé con (José Miguel) Cubero que es uno de mis mejores amigos, con Porfirio (López) también y me dijeron que lastimosamente los podía dejar, pero que es un beneficio para mí, para mi familia, que yo he hecho sacrificios por la institución y siempre hay que aspirar a algo mejor y había que aprovechar. Siempre dije lo que quería y todo se dio como quería”, mencionó McDonald.
Lo alegra que con esa venta, a la Liga le entrara una inyección importante de dinero.
“Es una oportunidad muy buena para el club, agarran el 100% de la ficha por la venta y eso es importante para el equipo, otros querían rebajos y demás, entonces yo dije que era lo que era y lo que tocaba. Por dicha llegó un club prácticamente de la nada, dijo yo lo quiero, me lo llevo y listo y fue realmente muy rápido el cierre de todo”.
Al aceptar, ya no podía actuar contra Grecia y eso significaba perderse uno de sus partidos favoritos: el clásico contra Saprissa.
De hecho, él es el goleador histórico de la Liga contra los morados, con 16 conquistas.
“Me hubiera encantado poderme despedir aunque fuera el miércoles, pero son decisiones de momentos, de minutos, hablar con el profesor Hernán (Torres) antes de la charla técnica para hacerle saber lo que pasaba, no queríamos brincarnos ningún paso”.
A partir de ahí, todo fueron carreras. Este viernes por la tarde emprendió su viaje a Catar. Pero no podía irse sin pasar una vez más por su casa, por la que considera su casa, el Estadio Alejandro Morera Soto, y ahí le dio un abrazo a todos los integrantes del equipo.
“Siempre he dicho que quiero dejar las puertas abiertas en la Liga y si hubiera querido salir por la brava, habría salido hace rato, pero es el equipo que amo, donde siempre he querido estar y quería dejar las puertas abiertas, así quedaron y desde luego que la Liga va a tener la primera opción indiscutible cuando regrese”.
Preliminarmente, Jonathan firmó por cuatro meses con el club de Doha.
“El torneo está avanzado allá, es para el cierre del torneo y es importante porque en el peor de los escenarios, en el peor de los casos, hoy hago cosas importantes allá y regreso a la Liga en el año del centenario y en el cierre del año, que todo va a estar mucho mejor que ahora”.
McDonald se fue y eso de cierta manera es un alivio para los jugadores del archirrival, en vista de que este sábado habrá clásico en Tibás.
Sin embargo, donde el goleador rojinegro siempre se mostró más letal contra la S fue en el Morera Soto. De hecho, la última vez que Mac anotó en el Ricardo Saprissa data del 1.° de octubre del 2014, cuando la Liga se impuso 0-2.
Jonathan se fue con el sinsabor de que la Liga es última en la tabla, pero con la convicción de que el equipo tiene todas las herramientas para reaccionar y recuperar terreno perdido.
“Preocupa, sé que tenemos la capacidad, el material humano para sacar esto adelante y qué mejor escenario que el sábado en un clásico de visita”, apuntó.
Pero lo primordial para él era dejarle un mensaje a la afición, a esos que muchas veces no estuvieron de acuerdo con sus acciones, a los que le dieron otra oportunidad y a los que siempre lo han apoyado.
“Agradecido por abrirme las puertas de la institución de par en par, por apoyarme, por criticarme, porque eso me hizo crecer como futbolista, como persona y la verdad que estoy eternamente agradecido por todos estos ocho años en los que me han prestado su aprecio, su cariño y esperemos vernos pronto, esto no es un adiós, es un hasta pronto, seguiré conectado y apoyando al grupo y a la institución desde allá", finalizó McDonald.