Imaginemos una bomba de esas redondas, con una mecha que cada vez está más cerca de terminarse. Algo así es la paciencia de gran parte de la afición de Saprissa.
Un empate deslucido en la primera jornada y las quejas aumentan; aumentan, porque en realidad no han parado desde el final del certamen anterior y el mercado de fichajes.
Por eso Saprissa juega un torneo “más corto que los demás equipos”. No nos sorprendamos de que el conjunto tibaseño u otro club empiece con un ritmo bajo, con partidos rayando en lo aburrido. Lo vemos cada inicio de torneo.
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Sin embargo, esta vez los tibaseños tienen menos margen de mejora. Si quieren cambiar la percepción de sus aficionados, necesitan encontrar su mejor versión rápidamente; la cuarta o quinta jornada ya es tarde.
Wálter Centeno salió molesto por lo que se vio en la cancha ante Grecia. Ahora imaginemos lo que sintió la afición. Saprissa mostró muy poco como equipo y tampoco aparecieron individualidades capaces de cambiar la monotonía.
¿Podrá cambiar pronto? Es difícil de predecir. Desde mi punto de vista tiene herramientas en ataque para hacerlo, sobre todo cuando Christian Bolaños esté listo.
Él y los otros futbolistas se conocen, la mayoría han jugado juntos y esa es una ventaja, pues el acople debería ser menos complicado.
Y si es por la exigencia externa, y seguramente interna, se convierte en una obligación hacerlo de esa forma.
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La afición no está dispuesta a seguir escuchando o leyendo discursos típicos de los jugadores: ‘vamos paso a paso’, ‘poco a poco’... Esta vez la paciencia es corta.
Basta con leer comentarios en redes sociales o hablar con alguna persona seguidora de la S.
Los futbolistas morados son sinceros: están “destiempados”, como resumió David Guzmán sobre el primer partido.
Pero las frases suyas, de “tenemos que seguir por esta misma línea, de no perder, y seguir preparándonos mejor”, son como parte de esa mechita de la bomba.
Tampoco tienen tolerancia para escuchar que “Grecia tuvo opciones y nosotros también”, como dijo Aarón Cruz. La realidad fue que Grecia estuvo a nada de anotar y Saprissa quedó muy lejos.
La presión está en su punto máximo. El equipo de Paté Centeno muestra evolución o la bomba explotará pronto.