Quizás cuando se realizó el sorteo de Liga de Campeones de Concacaf muchos aficionados aplaudieron pensando que les tocó un rival “accesible”. Pues no fue así. El Impact de Montreal dejó en evidencia falencias moradas.
Para entender esta eliminación podríamos empezar por hablar de la falta de dinámica del fútbol nacional. Por ejemplo: Si Manfred Ugalde recibe el balón ante otro club tico tiene unos cinco segundos o más para dominar la pelota, en el plano internacional tenía dos.
Saprissa maneja el balón de pie a pie y prueba de ello es que ya el club tiene bien interiorizada la idea de Paté, por ello los 369 pases en Canadá, pero sí falta más servicios entre líneas.
Es claro que Paté ha madurado como entrenador, pero lo ha hecho con más golpes que alegrías en el banquillo morado.
Wálter ha llevado al Monstruo a construir un estilo y eso se entiende, pero también la afición espera un equipo que sea ganador y por el momento ha sufrido cuatro eliminaciones (San Carlos, Herediano, Tigres y el Impact Montreal), mientras suma la alegría de ganar la Liga Concacaf.
Centeno debe revisar el equipo, seguir puliendo y haciendo ajustes si desea mantener el invicto y quedar campeón a final de temporada.
Esto es fútbol y no hay una verdad absoluta, pero por el momento Centeno está en deuda como estratega tibaseño.
Quiere construir un equipo que juegue a lo que él quiere y quizás eso es lo más destacado que ha tenido que poco a poco así es, pero por ejemplo ante el Impact tenía que ganar con su estilo o sin su estilo. Había que ganarlo.
La eliminación se entiende desde el plano que el equipo no encontró dinámica de fútbol internacional, careció de pases entre líneas y también de un jugador que se saliera de libreto y pudiera marcar diferencia.
A este Saprissa le falta desequilibrio, pero a nivel internacional. Creo que para el fútbol local le alcanza.