
Fue rey, fue príncipe, fue samurái, soldado, esposo, padre y rompecorazones. Todo lo que podía ofrecerle el cine de Japón lo tomó y se convirtió en una de sus grandes estrellas, en especial con las épicas de samuráis de los años 60 que consolidaron su figura. Tatsuya Nakadai, actor de Yojimbo (1961) y Ran (1985) falleció a los 92 años este sábado, informa The Guardian.
Tatsuya Nakadai se convirtió en un auténtico pilar del cine japonés de posguerra: su trayectoria se extendió por más de siete décadas y superó los 160 créditos cinematográficos, lo que lo colocó junto a los grandes nombres de su industria.
Colaboró con directores que marcaron la historia del cine más allá de Japón; entre ellos, Akira Kurosawa y Masaki Kobayashi, y protagonizó títulos inmortales como Ran (1985), Harakiri (1962) y la trilogía La condición humana (1959-61).
En esta última serie de películas, que lo lanzó al estrellato, intepreta a un pacifista tratando de calzar en al cultura militar de Japón, en un momento histórico complejo de posguerra y construcción de una nueva nación... y un nuevo cine, que protagonizó en sus grandes producciones, exitosas en el resto del mundo, primero en salas y luego en video casero.
Entre sus papeles, destacaron los que casaban su inteligencia actoral y fuerte caracterización con el vigor físico, como la doble épica de samuráis Yojimbo (1961) y Sanjuro (1962), frente al gran Toshiro Mifune.
Nakadai cultivó un profundo compromiso con la formación escénica y en 1975 fundó la escuela de interpretación Mumeijuku en Tokio, donde ayudó a moldear las futuras generaciones de actores.

